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Isaías 41:16 - Biblia Martin Nieto

16 Las aventarás y el viento se las llevará, las esparcirá el torbellino; mas tú te regocijarás en el Señor, en el Santo de Israel te gloriarás.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Los lanzarás al aire y el viento se los llevará; un remolino los esparcirá. Entonces te alegrarás en el Señor; te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Las echarás al viento, que se las llevará, el temporal las dispersará; pero tú te alegrarás en Yavé, y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Los aventarás, y el viento se los llevará, Y los esparcirá el torbellino; Pero tú te regocijarás con YHVH, Te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Las aventarás, y el viento se las llevará, las dispersará el huracán; y tú te alegrarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás.

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Isaías 41:16
31 Tagairtí Cros  

No así los injustos, no; son como paja que dispersa el viento.


Exulta, grita de júbilo, habitante de Sión, pues grande es en ti el Santo de Israel.


Pero él las amenaza y huyen lejos, dispersas como paja en los montes por el viento, como un torbellino por el vendaval.


Aquel día se dirá: Éste es nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve; éste es el Señor, en quien esperamos. Alegrémonos, gocémonos, porque nos ha salvado.


Aquel día el Señor omnipotente será para el resto de su pueblo corona de gloria y diadema de esplendor;


Aún volverán los humildes a alegrarse en el Señor, y los pobres se gozarán en el Santo de Israel;


Pero la turba de tus enemigos será como el polvo fino; como la paja aventada, la turba de los tiranos. Y pronto, de improviso,


Por él volverán los liberados del Señor, llegarán a Sión entre gritos de júbilo, una alegría eterna transformará su rostro; júbilo y alborozo les acompañarán, pena y llanto habrán huido.


Apenas plantados, apenas sembrados, apenas arraigado en la tierra su brote, sopla sobre ellos y se secan, y un torbellino se los lleva como paja.


Sí, el Señor se compadece de Sión, se compadece de todas sus ruinas; convertirá su desierto en un edén, y su tierra seca en el jardín del Señor. Gritos de gozo y júbilo se oirán en ella, acción de gracias al son de la música.


Ya no será tu luz el sol durante el día, ni la claridad de la luna te alumbrará, pues el Señor será tu luz eterna, y tu Dios, tu esplendor.


Y habrá alegría y algazara eterna por lo que yo voy a crear. Pues yo voy a crear para Jerusalén alegría, y para su pueblo regocijo.


Yo los he aventado con el bieldo por las ciudades del país; he privado de hijos a mi pueblo, lo he aniquilado, porque no desiste de seguir sus caminos.


Y mandaré a Babilonia aventadores para aventarla y limpiar su país. Pues la van a asediar por todas partes en el día de la desgracia.


Tú has sido un martillo en mis manos, un arma de guerra. Contigo he machacado a las naciones, contigo he destruido muchos reinos;


Pues esto dice el Señor omnipotente, Dios de Israel: Babilonia es como una era en la época en que se la pisa; dentro de poco llegará para ella el tiempo de la cosecha.


Entonces se hizo pedazos todo: el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y fueron arrebatados por el viento sin que quedara rastro alguno de ellos; en cambio, la piedra que había herido a la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó la tierra entera.


No actuaré según el ardor de mi ira, no destruiré más a Efraín, porque yo soy Dios, no un hombre; en medio de ti yo soy el Santo, y no me gusta destruir.


Y vosotros, gentes de Sión, alegraos y regocijaos en el Señor, vuestro Dios, porque él os da la lluvia de otoño con justa medida, hace caer sobre vosotros la lluvia de otoño y la de primavera como anteriormente.


Tu mano se alzará contra tus adversarios, y todos tus enemigos serán exterminados.


Pero yo me alegraré en el Señor; me gozaré en Dios, mi salvador.


Tiene en su mano el bieldo, limpiará su era y recogerá su trigo en el granero; pero quemará la paja con fuego que no se apaga nunca'.


Más aún: nos alegramos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por medio del cual hemos conseguido la reconciliación.


La verdadera circuncisión somos nosotros, los que damos culto llevados del Espíritu de Dios y estamos orgullosos de Cristo Jesús, no poniendo nuestra confianza en algo humano,


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