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Mateo 27:50 - Biblia Martin Nieto

Y Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, expiró.

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Biblia Reina Valera 1960

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero nuevamente Jesús dio un fuerte grito y entregó su espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, entregó el espíritu.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.

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Mateo 27:50
14 Tagairtí Cros  

Después de las sesenta y dos semanas, matarán a un ungido inocente. La ciudad y el santuario serán destruidos por un príncipe que ha de venir. Su fin será en un cataclismo, y hasta el final habrá guerra y devastaciones decretadas.


de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de todos'.


Los otros decían: '¡Deja! A ver si viene Elías a salvarlo'.


Pero Jesús, lanzando un gran grito, expiró.


Y Jesús, con fuerte voz, dijo: 'Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu'. Dijo esto y expiró.


'Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


igual que mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.


Había allí un vaso lleno de vinagre; empaparon una esponja en el vinagre, la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca.


Cuando Jesús lo probó, dijo: 'Todo está cumplido'. E, inclinando la cabeza, expiró. La herida del costado


Pues de la misma manera que los hijos participan de la misma carne y sangre, también él participó de modo parecido, para reducir a la impotencia mediante la muerte a aquel que tiene el imperio de la muerte, es decir, al diablo,


Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;


¿cuánto más la sangre de Cristo, que por virtud del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras muertas, para servir al Dios vivo?