Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas todas las comunidades de la tierra'.
Mateo 11:3 - Biblia Martin Nieto a preguntarle: '¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro? Biblia Católica (Latinoamericana) a preguntarle: '¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?' La Biblia Textual 3a Edicion ¿Eres tú el que ha de venir o esperaremos a otro? Biblia Serafín de Ausejo 1975 para preguntarle; '¿Eres tú el que tiene que venir o hemos de esperar a otro?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) diciéndole: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? |
Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas todas las comunidades de la tierra'.
Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza y tú sólo tocarás su calcañal'.
El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa del Señor.
El Señor mismo os dará una señal. Mirad: la virgen encinta da a luz un hijo, a quien ella pondrá el nombre de Emanuel.
Después los israelitas volverán a buscar al Señor, su Dios, y a David, su rey, y acudirán con temor al Señor y a sus bienes en el tiempo futuro.
Y subirán victoriosos al monte Sión para juzgar a la montaña de Esaú, y el reino será del Señor.
Por eso el Señor los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.
Haré temblar a todas las naciones para que traigan los tesoros de todas las gentes, y colmaré de gloria esta casa, dice el Señor todopoderoso.
Salta de júbilo, hija de Sión; alégrate, hija de Jerusalén, porque tu rey viene a ti: justo y victorioso, humilde y montado en un asno, joven cría de una asna.
Yo enviaré mi mensajero a reparar el camino delante de mí; pronto vendrá a su templo el Señor, a quien vosotros buscáis; el ángel de la alianza, por quien tanto suspiráis, ya está para llegar -dice el Señor todopoderoso-.
Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se destaca de Jacob, surge un cetro de Israel. Aplasta las sienes de Moab y el cráneo de los hijos de Set.
Él es de quien está escrito: Yo envío delante de ti a mi mensajero para que te prepare el camino.
¿Crees esto?'. Le contestó: 'Sí, Señor, yo creo que tú eres el mesías, el hijo de Dios que tenía que venir al mundo'.
tomaron ramos de palmas y salieron a su encuentro, gritando: '¡Viva! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡El rey de Israel!'.
Jesús le dijo: 'Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
La gente, al ver el milagro que había hecho Jesús, decía: 'Éste es el profeta que tenía que venir al mundo'.
Muchos del pueblo creyeron en él y decían: 'Cuando venga el mesías, ¿hará acaso más milagros que éste?'.
Porque dentro de poco, muy poco tiempo, el que ha de venir llegará sin retrasos.