El año treinta y nueve de su reinado enfermó gravemente de los pies, y tampoco en su enfermedad confió en el Señor, sino en los médicos.
Lucas 8:43 - Biblia Martin Nieto Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había gastado en médicos toda su fortuna sin que ninguno pudiera curarla, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, Biblia Nueva Traducción Viviente Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua y no encontraba ninguna cura. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces una mujer, que padecía hemorragias desde hacía doce años y a la que nadie había podido curar, La Biblia Textual 3a Edicion y una mujer que estaba con flujo de sangre desde hacía doce años,° la cual no había podido° ser sanada por nadie, Biblia Serafín de Ausejo 1975 En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y una mujer que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, |
El año treinta y nueve de su reinado enfermó gravemente de los pies, y tampoco en su enfermedad confió en el Señor, sino en los médicos.
Vosotros no sois más que charlatanes, médicos de quimeras todos juntos.
¿No serás tú, el Dios que nos ha rechazado, el Dios que no sale ya con nuestras tropas?
Dejad de confiar en el hombre, pues sólo un soplo hay en su nariz. ¿Cuánta estima merece?
pues todos han echado de lo que les sobra; en cambio, ella ha echado de su indigencia todo lo que tenía para vivir'.
y cuando se apodera de él, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echasen, pero no han podido'.
Había allí una mujer poseída de un espíritu inmundo, que la tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada y no podía de ninguna manera enderezarse.
Y a esta mujer, que es una hija de Abrahán, a la que Satanás tenía atada desde hace dieciocho años, ¿no se la puede soltar de su atadura en sábado?'.
Al desembarcar, les salió al encuentro un hombre de la ciudad, poseído por demonios; desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en ninguna casa, sino en el cementerio.
porque su hija única, de unos doce años, se estaba muriendo. Mientras Jesús iba, la gente lo apretujaba.
se acercó por detrás, tocó la orla de su manto e inmediatamente cesó la hemorragia.
Cómo ve ahora, no lo sabemos; ignoramos quién abrió sus ojos. Preguntádselo a él; ya es mayor y os puede responder'.
Todos los días llevaban a un cojo de nacimiento y lo ponían a la puerta del templo llamada Hermosa para pedir limosna a los que entraban.