y diciendo: ¡Quédate ahí, no te me acerques, porque te santificaría! Todos ellos son humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar.
Lucas 15:28 - Biblia Martin Nieto Él se enfadó y no quiso entrar. Su padre salió y se puso a convencerlo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Biblia Nueva Traducción Viviente »El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, Biblia Católica (Latinoamericana) El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. La Biblia Textual 3a Edicion Y se enojó y no quería entrar. Saliendo entonces su padre, le rogaba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces él se enfadó y no quería entrar. Pero su padre salió para llamarlo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces él se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. |
y diciendo: ¡Quédate ahí, no te me acerques, porque te santificaría! Todos ellos son humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar.
Escuchad la palabra del Señor los que tembláis a su palabra: Han dicho vuestros hermanos que os odian, que os aborrecen a causa de mi nombre. ¡Que el Señor manifieste su gloria para que podamos ver vuestra alegría! Pero ellos serán avergonzados.
Los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han sido fieles a la orden recibida de su padre; este pueblo, en cambio, no ha querido obedecerme a mí.
Pero Dios dijo a Jonás: '¿Piensas que tienes razón al enfadarte por este ricino?'. Él respondió: 'Sí, tengo razón de enfadarme hasta la muerte'.
Se acercó a él un leproso, se puso de rodillas y le dijo: 'Si quieres, puedes limpiarme'.
'¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido!
Y los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban: 'Éste acoge a los pecadores y come con ellos'.
Y éste le contestó: Que ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado porque lo ha recobrado sano.
Él contestó a su padre: Hace ya tantos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me has dado ni un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos.
y que hay que predicar en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
Los fariseos y los maestros de la ley murmuraban diciendo a sus discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?'.
El fariseo que le había invitado, al verlo, se decía: 'Si éste fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo toca. ¡Una pecadora!'.
Los judíos, al ver tanta gente, se enfurecieron y se opusieron con blasfemias a lo que Pablo decía.
Pero los judíos soliviantaron a las mujeres religiosas y nobles y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los echaron de su territorio.
Llegaron de Antioquía e Iconio unos judíos que se ganaron a la gente. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo por muerto.
Pero los judíos que no quisieron creer soliviantaron a los paganos y los indispusieron contra los hermanos.
Pero digo además: ¿Será que Israel no se ha dado cuenta? Moisés dice: Yo os provocaré a celos de uno que no es mi pueblo, y os irritaré contra un pueblo insensato.
Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortase por nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios.
al impedirnos predicar a los paganos para que se salven. Con lo cual van colmando la medida de su pecado. Pero el castigo de Dios está para caer pesadamente sobre ellos.
Eliab, su hermano mayor, oyó a David hablar con la gente, montó en cólera y le dijo: '¿Por qué has venido aquí? ¿A quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Conozco bien tu orgullo y la malicia de tu corazón. Has venido sólo para ver la batalla'.
Saúl se irritó mucho y, muy enojado, dijo: 'A David le dan diez mil y a mí me dan mil; ya no le falta más que el reino'.