La justicia de los hombres rectos les allana el camino, pero el injusto cae por su injusticia.
Jueces 20:41 - Biblia Martin Nieto Los israelitas les hicieron frente, y los de Benjamín, aterrados ante el desastre que les venía encima, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor, porque vieron que el desastre había venido sobre ellos. Biblia Nueva Traducción Viviente los hombres de Israel giraron y los atacaron. En ese instante, los hombres de Benjamín se aterrorizaron, porque se dieron cuenta de que se les venía el desastre encima. Biblia Católica (Latinoamericana) Los hombres de Israel atacaron y cundió el pánico entre los benjaminitas; comprendieron que les había caído encima la desgracia. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los hombres de Israel se volvieron, en tanto que los de Benjamín se consternaron, pues veían que la catástrofe había caído sobre ellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces los hombres de Israel dieron la vuelta y los benjaminitas fueron presa del pánico, al ver que el desastre se les venía encima. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor porque vieron que el mal había venido sobre ellos. |
La justicia de los hombres rectos les allana el camino, pero el injusto cae por su injusticia.
La justicia de los hombres rectos los salva, pero los pérfidos quedan presos en su propia malicia.
En el camino del delincuente hay una trampa, el justo corre el suyo lleno de alegría.
Sus propias injusticias cautivan al injusto, en los lazos de sus crímenes está prisionero.
Se estremecen en Sión los pecadores, el terror invade a los criminales. ¿Quién de nosotros podrá resistir ante el fuego abrasador; quién resistirá estas llamas eternas?
los hombres, muertos de terror y de ansiedad por lo que se le echa encima al mundo, pues las columnas de los cielos se tambalearán.
Andarán diciendo: 'Todo es paz y seguridad'; y entonces, de improviso, les sorprenderá la perdición, como los dolores del parto a la mujer encinta, y no podrán escapar.
Cuando las gentes de Ay volvieron la vista atrás, vieron una humareda que subía de la ciudad hasta el cielo. Ya no pudieron ponerse a salvo por ningún lado, porque los israelitas que huían hacia el desierto se volvieron contra ellos.
Estos hombres son como animales irracionales, destinados por ley natural a ser cazados y a morir; hablan mal contra las cosas que no conocen, y morirán como los animales;