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Jueces 13:6 - Biblia Martin Nieto

La mujer fue a contárselo a su marido: 'Me ha venido a ver un hombre de Dios; tenía el aspecto de un ángel de Dios, lleno de majestad. No le pregunté de dónde era ni él me dijo su nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La mujer corrió a decirle a su esposo: «¡Se me apareció un hombre de Dios! Tenía el aspecto de uno de los ángeles de Dios, daba miedo verlo. No le pregunté de dónde era, y no me dijo su nombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al volver a su casa, la mujer conversó con su marido y le dijo: 'Un hombre de Dios vino a verme. Era tan majestuoso como un ángel de Dios, pero no le pregunté de dónde venía y no me dijo su nombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

La mujer fue entonces y habló a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, muy terrible; y no le pregunté de dónde era, ni él me declaró su nombre;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La mujer comunicó a su esposo: 'Ha venido a mí un hombre de Dios; su aspecto era como el del ángel de Dios, sobremanera terrible. No le pregunté de dónde venía ni me dijo su nombre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y la mujer vino y lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un Ángel de Dios, terrible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.

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Jueces 13:6
29 Tagairtí Cros  

Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda,


Y el hombre añadió: 'Tu nombre no será ya Jacob, sino Israel, porque te has peleado con Dios y con los hombres y has vencido'.


Entonces ella dijo a Elías: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has entrado en mi casa para recordar mis pecados y dar muerte a mi hijo?'.


La mujer dijo a Elías: 'Ahora sí reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad'.


Eliseo le dijo: 'El año próximo, por estas fechas, tendrás en brazos un hijo'. Ella respondió: 'No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva'.


Aquella mujer dijo a su marido: 'Mira, me he dado cuenta de que es un hombre de Dios, un santo, ese que pasa siempre por nuestra casa.


Allí se le apareció el ángel del Señor en llama de fuego, en medio de una zarza. Miró, y vio que la zarza ardía sin consumirse.


Y añadió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios.


Y me dijo: 'Daniel, hombre preferido por Dios, presta atención a las palabras que te voy a decir e incorpórate, pues ahora he sido enviado a ti'. Al decirme esto, me incorporé temblando todavía.


levanté los ojos, miré y vi a un hombre vestido de lino, ceñidos los lomos de oro puro.


Gabriel se llegó donde yo estaba. Cuando se acercó, quedé espantado y caí de bruces. Él me dijo: Hijo de hombre, entiende que la visión se refiere al tiempo del fin.


El ángel le contestó: 'Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia.


Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente.


Entonces todos los que estaban sentados en el tribunal clavaron sus ojos en él y vieron su rostro como el rostro de un ángel.


Ésta es la bendición que Moisés, hombre de Dios, pronunció sobre los israelitas antes de morir.


Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y practica la justicia, la religiosidad, la fe, el amor, la paciencia, la amabilidad.


Los hijos de Judá acudieron a Josué en Guilgal; y Caleb, hijo de Jefoné el queniceo, le dijo: 'Tú sabes lo que el Señor dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de mí en Cades Barne.


Al verle, caí a sus pies como muerto; pero él me tocó con su mano derecha, y me dijo: 'No tengas miedo; soy yo, el primero y el último, el viviente;


La mujer fue corriendo a avisar a su marido y le dijo: 'El hombre que vi el otro día se me ha vuelto a aparecer'.


Y dijo a su mujer: 'Moriremos, porque hemos visto al Señor'.


El ángel del Señor se apareció a esta mujer y le dijo: 'Tú eres estéril y no has tenido ningún hijo;


Pero me dijo: Vas a concebir y darás a luz un hijo. No bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte'.


Entonces Manóaj oró así al Señor: 'Te suplico, Señor mío, que el hombre de Dios que enviaste vuelva otra vez y nos diga lo que debemos hacer con el niño que va a nacer'.


El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás, de Abiezer. Gedeón, su hijo, estaba limpiando el trigo en el lagar para ocultarlo a Madián.


Un hombre de Dios fue a ver a Elí y le dijo: 'Esto dice el Señor: Yo me manifesté claramente a la familia de tu padre, cuando estaban en Egipto, esclavos del Faraón.


Pero éste le respondió: 'Mira, aquí, en esta ciudad, hay un hombre de Dios; es un hombre muy famoso; todo lo que él dice se realiza siempre. Vamos allá. Tal vez él nos indique el camino que debemos seguir'.