Haré venir a ti a todo el pueblo, como la prometida viene a su esposo; y con la vida de un solo hombre, a quien tú buscas, todo el pueblo será salvo'.
Jeremías 6:14 - Biblia Martin Nieto Curan ellos la herida de su pueblo livianamente, diciendo: ¡Paz, paz! siendo así que no hay paz. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Biblia Nueva Traducción Viviente Ofrecen curas superficiales para la herida mortal de mi pueblo. Dan garantías de paz cuando no hay paz. Biblia Católica (Latinoamericana) Calman sólo a medias la aflicción de mi pueblo, diciendo: 'Paz, paz', siendo que no hay paz. La Biblia Textual 3a Edicion Y livianamente curan la llaga de mi pueblo, Diciendo: ¡Paz! ¡Paz!, cuando no hay paz. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Curan a la ligera la herida de mi pueblo, diciendo: 'Va todo muy bien', cuando todo va mal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. |
Haré venir a ti a todo el pueblo, como la prometida viene a su esposo; y con la vida de un solo hombre, a quien tú buscas, todo el pueblo será salvo'.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él nada sano: heridas, contusiones, llagas vivas, no curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Dicen a los videntes: No tengáis visiones, y a los profetas: No profeticéis la verdad para nosotros: decidnos cosas seductoras, profetizad ilusiones;
Entonces la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete días, el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de sus golpes.
Yo exclamé: '¡Ah, Señor Dios! Mira que los profetas les dicen: No veréis la espada ni sufriréis hambre, sino que os daré una paz segura en este lugar'.
Tú les dirás estas palabras: 'Mis ojos se derriten en lágrimas noche y día sin descanso, por el gran desastre que quebranta a la virgen, hija de mi pueblo, por su gravísima herida.
Dicen a quienes desprecian la palabra del Señor: '¡Tendréis paz!', y a todos los que siguen el capricho de su corazón: '¡No os sobrevendrá ningún mal!'.
Dentro de dos años haré devolver a este lugar todos los utensilios del templo del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de este lugar a Babilonia.
Y dirán: '¡Ah, Señor Dios, cómo has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciéndole: Tendréis paz, cuando la espada se ha clavado hasta el alma!'.
Han renegado del Señor. Han dicho: '¡No es él; ningún mal nos sobrevendrá; no veremos ni espada ni escasez!
Tus profetas tuvieron para ti visiones de mentira y engaño. No te desvelaron tu perversidad, para alejar tu destierro de ti; te anunciaron visiones de engaño, de mentira y perversión.
Porque han engañado a mi pueblo asegurándole: ¡Paz!, cuando no había paz, y mientras el pueblo construye un muro ellos lo recubren de argamasa,
esto es, los profetas de Israel que profetizaban sobre Jerusalén y tenían para ella visiones de paz, no habiendo paz', dice el Señor Dios.
Porque habéis entristecido el corazón del justo con mentiras, cuando yo mismo no lo entristezco, y habéis apoyado al criminal para que no se convierta de su mala conducta y salve su vida,
Y si hasta el profeta se deja seducir y habla, es que yo, el Señor, he dejado a este profeta sucumbir a la seducción; y extenderé mi mano contra él y lo extirparé de en medio de mi pueblo Israel.
Si hubiera un hombre que persiguiera el viento y fraguara esta mentira: 'Yo te profetizo vino y licor', éste sería el profeta digno de este pueblo.
Esto dice el Señor sobre los profetas que engañan a mi pueblo; cuando tienen algo que masticar entre sus dientes, entonces gritan: '¡Paz!', pero a quien no les pone nada en la boca le declaran la guerra.
Andarán diciendo: 'Todo es paz y seguridad'; y entonces, de improviso, les sorprenderá la perdición, como los dolores del parto a la mujer encinta, y no podrán escapar.
Como hubo falsos profetas en el pueblo, también habrá entre vosotros falsos maestros, los cuales enseñarán doctrinas de perdición, negarán al Señor que los redimió y se buscarán una ruina fulminante.