Ni él es más poderoso que yo en esta casa. Nada me ha prohibido más que a ti, puesto que tú eres su mujer. ¿Cómo podría yo cometer un mal tan grande y pecar contra Dios?'.
Jeremías 5:8 - Biblia Martin Nieto Como sementales rollizos y vigorosos, cada uno relincha tras la mujer del prójimo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. Biblia Nueva Traducción Viviente Son vigorosos sementales, bien alimentados, cada uno relinchando por la mujer de su prójimo. Biblia Católica (Latinoamericana) Son potros satisfechos y lozanos que relinchan por la mujer de su prójimo. La Biblia Textual 3a Edicion Son caballos lascivos° bien alimentados,° Cada cual relincha tras la mujer de su prójimo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Caballos encelados y rijosos se han hecho, cada uno relincha por la mujer de su prójimo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como caballos bien alimentados de mañana, cada cual relinchaba tras la esposa de su prójimo. |
Ni él es más poderoso que yo en esta casa. Nada me ha prohibido más que a ti, puesto que tú eres su mujer. ¿Cómo podría yo cometer un mal tan grande y pecar contra Dios?'.
Si mi corazón fue seducido por mujer, si aceché a la puerta de mi prójimo,
No desearás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que a él le pertenezca'.
Tal es el que se acerca a la mujer de su prójimo; cualquiera que la toque no quedará impune.
Tus adulterios, tus gritos de lujuria, tus prostituciones vergonzosas sobre los collados y en el campo, todas tus infamias yo las he visto. ¡Ay de ti, Jerusalén, que continúas impura! ¿Hasta cuándo todavía?
Pues el país está lleno de adúlteros; a causa de la maldición el país está de luto, resecos los oasis del desierto. El afán de su carrera es el mal; su esfuerzo, la injusticia.
Porque hicieron algo que es una infamia en Israel: cometieron adulterio con mujeres de otros y pronunciaron en mi nombre palabras falsas, cosas no ordenadas por mí. Yo lo sé muy bien y soy testigo de ello -dice el Señor-'.
Alegraos, sí, saltad de gozo, saqueadores de mi herencia; brincad como becerros en el prado, como caballos relinchad.
Tensan su lengua como un arco; la mentira, y no la verdad, prevalece en este país; sí, caminan de delito en delito y no me conocen a mí, dice el Señor.
Hay quien comete adulterio con la mujer de su prójimo, quien mancha con crimen nefando a su nuera, quien fuerza a su hermana, a la hija de su propio padre.
No desearás a la mujer de tu prójimo, ni tampoco sus cosas: casas, campo, siervo o sierva, buey o asno, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece'.