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Jeremías 29:23 - Biblia Martin Nieto

23 Porque hicieron algo que es una infamia en Israel: cometieron adulterio con mujeres de otros y pronunciaron en mi nombre palabras falsas, cosas no ordenadas por mí. Yo lo sé muy bien y soy testigo de ello -dice el Señor-'.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y falsamente hablaron en mi nombre palabra que no les mandé; lo cual yo sé y testifico, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Pues estos hombres han hecho cosas terribles entre mi pueblo. Han cometido adulterio con las esposas de sus vecinos y han mentido en mi nombre diciendo cosas que no les mandé decir. De esto soy testigo. Yo, el Señor, he hablado”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Porque hicieron algo que es una infamia en Israel, a saber, cometieron adulterio con las mujeres de sus compañeros y anduvieron diciendo en mi nombre cosas que yo no les había mandado, dice Yavé. Yo, sin embargo, lo sé y soy testigo, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Porque hicieron infamia en Israel, adulteraron con la mujer del prójimo, y dijeron palabras falsas en mi Nombre, sin que Yo los mandara. Lo sé y lo atestiguo, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 puesto que hicieron una torpeza en Israel, cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos y dijeron en mi nombre palabras mentirosas que no les había encargado. Yo mismo lo sé y soy testigo' -oráculo de Yahveh-.

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Jeremías 29:23
28 Tagairtí Cros  

Si maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres además de ellas, aunque nadie lo vea, Dios será testigo entre nosotros dos'.


Cuando los hijos de Jacob, a su vuelta del campo, se enteraron de lo ocurrido, se indignaron y se llenaron de ira por la infamia que había cometido Siquén acostándose con la hija de Jacob. '¡Eso no se hace!'.


Pero ella le respondió: '¡No, hermano mío! No me violentes, porque eso no se hace en Israel. No hagas esta insensatez.


Porque ante los ojos del Señor están los caminos del hombre, y él examina todos sus pasos.


Tus adulterios, tus gritos de lujuria, tus prostituciones vergonzosas sobre los collados y en el campo, todas tus infamias yo las he visto. ¡Ay de ti, Jerusalén, que continúas impura! ¿Hasta cuándo todavía?


Porque mis ojos vigilan todos sus caminos; no se me ocultan, ni su perversidad está fuera de mi vista.


Pero en los profetas de Jerusalén he visto monstruosidades: adulterio, obstinación en la falsedad, apoyo a los criminales para que ninguno se convierta de su perversidad; son todos ellos para mí como Sodoma; y sus habitantes, como Gomorra.


Esto dice el Señor omnipotente: No escuchéis las palabras de los profetas, porque os engañan; os cuentan visiones de su fantasía, no de la boca del Señor.


No he enviado yo a estos profetas, y ellos corren; no les he dicho nada, ¡y ellos profetizan!


Me levanto contra los profetas que profetizan sueños mentirosos -dice el Señor- y, contándolos, desorientan a mi pueblo con sus mentiras y sus extravagancias. Yo no los he enviado ni les he confiado mis órdenes, y ellos no sirven de nada a este pueblo -dice el Señor-.


Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel, acerca de Ajab, hijo de Colayas, y de Sedecías, hijo de Masías, que os profetizan mentiras en mi nombre: 'Yo los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que les dará muerte a vuestros mismos ojos.


'Manda a decir a todos los desterrados: Esto dice el Señor acerca de Semayas, el nejlamita: Porque Semayas os ha profetizado sin que yo le haya mandado y os ha hecho creer en la mentira,


Como sementales rollizos y vigorosos, cada uno relincha tras la mujer del prójimo.


¿Es que a vuestros ojos es una cueva de ladrones este templo que lleva mi nombre? Pero yo no estoy ciego -dice el Señor-.


Me habéis desafiado con vuestra boca y habéis acumulado contra mí vuestras palabras: Yo lo he oído.


Sus profetas son fanfarrones e impostores, sus sacerdotes profanan las cosas santas y violan la ley.


Y decís: '¿Por qué?'. Porque el Señor es testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que tú fuiste infiel, siendo así que ella era tu compañera, tu elegida.


Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.


Y no hay criatura alguna que esté oculta ante ella, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos dar cuenta.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,


Escribe al ángel de la Iglesia de Laodicea: Esto es lo que dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios.


Los ancianos de Galaad le respondieron: 'Que el Señor sea testigo entre nosotros; aceptamos tu propuesta'.


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