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Jeremías 42:10 - Biblia Martin Nieto

Si seguís en este país, yo os edificaré y no os destruiré, os plantaré y no os arrancaré, pues me pesa el castigo que os he dado.

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Biblia Reina Valera 1960

Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

“Permanezcan aquí en esta tierra. Si lo hacen, los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré. Pues lamento todo el castigo que tuve que traer sobre ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si ustedes quieren vivir tranquilamente en esta tierra, yo los edificaré y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré más, pues estoy arrepentido del mal que les he hecho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Si permanecéis quietos en esta tierra, Yo os edificaré, y no os destruiré. Os plantaré, y no os arrancaré, porque me pesa todo el mal que os he hecho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si os quedáis en este país, os edificaré y no os arrasaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me arrepiento del mal que os he hecho.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si os quedáis quietos en esta tierra, os edificaré y no os destruiré; os plantaré y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

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Jeremías 42:10
25 Tagairtí Cros  

El ángel extendió su mano sobre Jerusalén para exterminarla; pero el Señor se arrepintió del mal y dijo al ángel exterminador: 'Basta, retira tu mano'. El ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.


Las naciones respetarán el nombre del Señor y los reyes de la tierra tu gloria,


se acordó de la alianza que había hecho con ellos, por su inmenso amor cambió de proceder:


Confía en el Señor y haz el bien, para habitar en tu tierra y vivir tranquilo;


Que lo alaben los cielos y la tierra, el mar y cuanto en él se mueve.


Y el Señor se retractó del mal que había dicho que iba a hacer a su pueblo.


Como se mira con agrado a estos higos buenos, así miraré yo favorablemente a los desterrados de Judá, a quienes arrojo de este lugar al país de los caldeos.


¿Acaso por eso le condenaron a muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temieron más bien al Señor; no imploraron su gracia, hasta obtener que retirara la desgracia con que les había amenazado? ¿Y vamos nosotros a cargar con un delito tan grave?'.


Pero a la nación que doble el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él, yo la dejaré en paz en su tierra -dice el Señor-, la cultivará y vivirá en ella'.


Y así como he vigilado sobre ellos para devastar, para derruir, para demoler, para aniquilar y para afligir, así también vigilaré sobre ellos para edificar y plantar -dice el Señor-.


Cambiaré la suerte de Judá y la de Israel, y los restableceré como antes.


Pero Juan, hijo de Carej, todos los oficiales y todo el pueblo no obedecieron la orden del Señor de quedarse en el país de Judá.


Entonces las naciones que queden a vuestro alrededor sabrán que yo, el Señor, he reedificado lo que estaba destruido y he replantado lo que estaba asolado: Yo, el Señor, lo digo y lo hago.


¿Cómo voy a abandonarte, Efraín; cómo voy a traicionarte, Israel? ¿Es que voy a tratarte como a Admá, y dejarte igual que a Seboín? Mi corazón se revuelve dentro de mí, y todas mis entrañas se estremecen.


desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos; volved al Señor, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, lento a la ira, lleno de lealtad y no le gusta hacer daño.


Por esto el Señor se arrepintió y dijo: 'No sucederá'.


Por esto el Señor se arrepintió y dijo: 'No sucederá'.


Al ver Dios lo que hacían y cómo se habían convertido de su mala conducta, tuvo compasión de ellos y no llevó a cabo el mal con el que los había amenazado.


Jonás entró en la ciudad, caminando durante una jornada y predicando así: 'Dentro de cuarenta días Nínive será destruida'.


y se encaró así con el Señor: 'Ah, Señor, ¿no lo decía yo ya cuando estaba todavía en mi tierra? ¿Y no fue por esto por lo que me apresuré a ir a Tarsis? Yo sabía que tú eres un Dios clemente, misericordioso y paciente, lleno de compasión y pronto a arrepentirte de las amenazas.


Después de esto volveré y restauraré la choza caída de David; repararé sus ruinas y la volveré a levantar,


El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.


El Señor hizo surgir los jueces. El Señor estaba con el juez y los libraba de la mano de sus enemigos mientras vivía el juez, pues se compadecía de ellos al oírles gemir bajo sus opresores y perseguidores.