Yo llamo al Señor a voz en grito, a voz en grito yo suplico al Señor;
Isaías 26:16 - Biblia Martin Nieto Señor, en la angustia te buscábamos; te hemos invocado mientras tu castigo nos hería. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste. Biblia Nueva Traducción Viviente Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba. La Biblia Textual 3a Edicion Oh YHVH, en la angustia acudieron a ti; Derramaron la oración cuando la fuerza de tu castigo arreciaba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh, en la angustia te buscamos, murmuramos oraciones cuando tu castigo estaba sobre nosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste. |
Yo llamo al Señor a voz en grito, a voz en grito yo suplico al Señor;
De ti mi corazón me ha dicho: 'Busca su rostro'; es tu rostro, Señor, lo que yo busco;
Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, y a lo largo del día me repiten: '¿Dónde está tu Dios?'.
invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.
En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;
Cuando él los mataba, ellos lo buscaban, se arrepentían y volvían hacia él;
si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;
Ellos le dijeron: 'Esto dice Ezequías: Día de angustia, de castigo y oprobio es este día; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz.
que dicen al leño: 'Tú eres mi padre', y a la piedra: 'Tú me has engendrado'. Ellos me dan la espalda y no la cara, mas cuando llega la desgracia gritan: '¡Levántate, sálvanos!'.
Tú, que has puesto tu morada en el Líbano y anidas en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, angustias como de mujer en parto!
Entonces, cuando me invoquéis y me dirijáis vuestras súplicas, yo os escucharé.
¡Arriba! Lanza gritos en la noche, a cada relevo de la guardia; derrama, como agua, tu corazón delante del Señor; alza tus manos a él por tus pequeños, que desfallecen de hambre en las esquinas de las calles.
Sí, volveré a mi lugar hasta que se sientan culpables y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
Y no claman a mí en su corazón cuando se lamentan en sus camas; se preocupan del trigo y del vino y se rebelan contra mí.
El pueblo fue a decir a Moisés: 'Hemos pecado murmurando contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que aleje de nosotros las serpientes'. Moisés intercedió por el pueblo.
Yo reprendo y castigo a los que amo; por tanto, sé fervoroso y arrepiéntete.
Los israelitas respondieron al Señor: '¡Hemos pecado! Haz con nosotros lo que te parezca bien; pero, por favor, líbranos ahora'.
Ana respondió: 'No, señor mío; soy una mujer desgraciada; no he bebido vino ni licor; estoy desahogando mi corazón ante el Señor.