Moisés se lo comunicó a los israelitas, los cuales llevaron al blasfemo fuera del campamento y lo mataron a pedradas; hicieron como el Señor había mandado a Moisés.
Hebreos 13:12 - Biblia Martin Nieto Por eso también Jesucristo, para santificar al pueblo por su propia sangre, murió fuera de la ciudad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Biblia Nueva Traducción Viviente De igual manera, Jesús sufrió y murió fuera de las puertas de la ciudad para hacer santo a su pueblo mediante su propia sangre. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, también Jesús, para consagrar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta de la ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta. |
Moisés se lo comunicó a los israelitas, los cuales llevaron al blasfemo fuera del campamento y lo mataron a pedradas; hicieron como el Señor había mandado a Moisés.
La comunidad lo sacó fuera del campamento y lo mató a pedradas, tal y como el Señor había ordenado a Moisés.
se levantaron, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron a la cima del monte sobre el que estaba edificada la ciudad para despeñarlo.
Por ellos yo me consagro a ti, para que también ellos sean consagrados en la verdad'.
pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al punto salió sangre y agua.
lo llevaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos habían dejado sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo.
Eso erais antes algunos; pero habéis sido lavados, consagrados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra,
Y en virtud de esta voluntad nosotros somos santificados, de una vez para siempre, por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo.
¿de cuánto mayor castigo pensáis vosotros que será digno quien haya pisoteado al Hijo de Dios y haya tratado como cosa profana la sangre de la alianza por la cual fue santificado, y haya ultrajado el Espíritu de la gracia?
Porque el santificador y los santificados tienen todos el mismo origen. Por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
Entonces Josué tomó a Acán, hijo de Zéraj, con el dinero, el manto y la barra de oro, a sus hijos, sus hijas, su buey, su asno, su pequeño rebaño, su tienda y todo lo que le pertenecía y, con todo Israel, lo llevaron al valle de Acor.
La cuba fue pisada fuera de la ciudad, y de la cuba salió sangre hasta los frenos de los caballos sobre una distancia de unos trescientos kilómetros.