Cuando ya llevaba algún tiempo entre ellos, un día Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer.
Eclesiastés 9:9 - Biblia Martin Nieto Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida de vanidad que Dios te da bajo el sol, porque ésa es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. Biblia Nueva Traducción Viviente Vive feliz junto a la mujer que amas, todos los insignificantes días de vida que Dios te haya dado bajo el sol. La esposa que Dios te da es la recompensa por todo tu esfuerzo terrenal. Biblia Católica (Latinoamericana) Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida fugaz, pues ésa es tu parte durante todo el tiempo que te afanas bajo el sol. La Biblia Textual 3a Edicion Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida vana que te han concedido debajo del sol. Sí, todos tus días de vanidad, pues ésta es tu recompensa en la vida y en el trabajo en que te afanas° debajo del sol. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Goza de la vida con la mujer que amas durante todos los días de la vana existencia que Dios te concede bajo el sol, porque tal es tu suerte en la vida y en las fatigas que te tomas bajo el sol. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Goza de la vida con la esposa que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. |
Cuando ya llevaba algún tiempo entre ellos, un día Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer.
Dame, Señor, a conocer mi fin y cuál es la medida de mis días, quiero saber lo caduco que soy.
El que encuentra una mujer encuentra la felicidad, es un favor que ha obtenido del Señor.
Casa y hacienda son la herencia de los padres, pero una mujer inteligente es un don del Señor.
No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó en todo mi trabajo.
No hay más felicidad para el hombre que comer y beber y gozar él mismo del bienestar de su trabajo. Y yo considero que esto viene de la mano de Dios.
Pero el que uno coma y beba y goce de la felicidad en todo su trabajo, eso es un don de Dios.
Así que he visto que no hay otra felicidad para el hombre que gozarse en sus obras, porque ésta es su condición. Pues, ¿quién le llevará a gozar de lo que vendrá después?
Igualmente, cuando Dios da a un hombre riquezas y hacienda y le permite disfrutar de ellas, tomarse su parte y gozar de su trabajo, eso es un don de Dios.
Quién sabe lo que es bueno para el hombre en la vida, durante los días de su vida de vanidad, que él pasa como una sombra? ¿Quién podrá decir al hombre lo que después de él sucederá bajo el sol?
Estas dos cosas he visto en mis días de vanidad: justo que perece a pesar de su justicia, e injusto que prolonga sus días a pesar de su injusticia.
¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud.