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Eclesiastés 9:1 - Biblia Martin Nieto

1 Ciertamente he examinado todo esto, y he comprobado que los justos y los sabios y sus obras están en las manos de Dios. El hombre no conoce ni el amor ni el odio, y ambas cosas son a sus ojos

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Biblia Reina Valera 1960

1 Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 También me dediqué a investigar lo siguiente: si bien Dios tiene en sus manos las acciones de los sabios y de los justos, nadie sabe si Dios les mostrará su favor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Reflexioné pues en todo eso y vi claramente que los justos, los sabios y sus obras están en las manos de Dios. ¿Lo quiere El o no? Los hombres no lo saben: les puede pasar cualquier cosa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Por todo ello dediqué mi corazón para declarar que los justos y los sabios y sus obras, todas estas cosas, están en la mano de Dios, aun el amor y el odio, pero el hombre no lo sabe, aunque todo está delante de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Me he dedicado a examinar todo esto y he visto que los justos, los sabios y sus obras están en la mano de Dios. El hombre no conoce el amor ni el odio: ambas cosas son para él

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Eclesiastés 9:1
31 Tagairtí Cros  

En sus manos está el alma de todo ser viviente y el espíritu de toda carne de hombre.


Y si todos vosotros lo observáis, ¿para qué esos vanos discursos en el vacío?


Yo, por mí, recurriría a Dios, y a Dios confiaría mi causa;


Pero tú ves la pena y los lamentos, tú los miras y los tomas en tus manos; el desvalido se confía a ti, tú eres el refugio del huérfano.


estoy en peligro cada instante, pero no olvido tu ley;


sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio.


pues tuve envidia de los prepotentes viendo la prosperidad de los malvados:


Encomienda al Señor tus obras, y tus proyectos tendrán éxito.


Me dediqué a conocer la sabiduría y la ciencia, la locura y la necedad, y comprendí que también eso es dar caza al viento.


El tonto multiplica las palabras. El hombre ignora el pasado; y ¿quién puede indicarle lo que sucederá después?


Estas dos cosas he visto en mis días de vanidad: justo que perece a pesar de su justicia, e injusto que prolonga sus días a pesar de su injusticia.


Todavía apliqué mi corazón a saber, examinar e investigar la sabiduría y la razón de las cosas, y a reconocer que la maldad es una insensatez, y el desvarío una locura.


Pero se da vanidad sobre la tierra, porque hay justos a quienes sucede lo que merece la conducta de los injustos, y hay injustos a quienes sucede lo que merece la conducta de los justos. Digo que también esto es vanidad.


Después de haberme aplicado a conocer la sabiduría y a examinar las ocupaciones que se desempeñan en la tierra porque los ojos del hombre ni de noche ni de día ven el sueño ,


es que nadie sabe lo que sucederá; ¿quién podrá indicarle cuándo eso sucederá?


Sus amores, sus odios, sus envidias, todo ha perecido. Y ellos no tendrán ya parte alguna en todo lo que se hace bajo el sol.


Señor, tú nos das la paz; tú realizas todas nuestras obras.


hombres, mujeres y niños, las princesas reales y cuantas personas había dejado Nebuzardán, jefe de la escolta, con Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán; también se llevaron al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías,


Tú amas a los pueblos, / todos los santos están en tu mano. / Ellos se postraban a tus pies / y marchaban a tus órdenes.


Ésta es la causa de todos estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, pues sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él puede guardar hasta el último día lo que me ha encomendado.


a los que el poder divino asegura mediante la fe la salvación que ha de manifestarse en los últimos tiempos.


Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los malvados perecerán en las tinieblas, pues no es por la fuerza como vence el hombre.


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