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Apocalipsis 2:11 - Biblia Martin Nieto

El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. Los que salgan vencedores no sufrirán daño de la segunda muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias: 'El vencedor no tiene nada que temer de la segunda muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El que tiene oído, oiga qué dice el Espíritu a las iglesias. El que venza, no sufrirá daño de la muerte segunda.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. El que venza, no sufrirá daño de la muerte segunda'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere no recibirá daño de la muerte segunda.

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Apocalipsis 2:11
16 Tagairtí Cros  

¡El que tenga oídos que oiga!'.


¡El que tenga oídos que oiga!'.


Y añadió: '¡El que tenga oídos que oiga!'.


¡El que tenga oídos para oír que oiga!'.


Y otra cayó en tierra buena, nació y dio fruto, el ciento por uno'. Dicho esto, exclamó: '¡El que tenga oídos que oiga!'.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.


La muerte y el abismo fueron arrojados al estanque de fuego: el estanque de fuego es la segunda muerte.


Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, con el que reinarán mil años.


El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo.


Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.


Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


El vencedor será revestido de vestiduras blancas, yo no borraré jamás su nombre del libro de la vida y reconoceré su nombre delante de mi Padre y de los ángeles.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.