¿Tienes un brazo tú como el de Dios? ¿Puedes tronar con voz como la suya?
Apocalipsis 19:6 - Biblia Martin Nieto Luego oí como una voz de potentes truenos, que decía: ¡Aleluya! El Señor, nuestro Dios, todopoderoso, ha establecido su reino. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces volví a oír algo que parecía el grito de una inmensa multitud o el rugido de enormes olas del mar o el estruendo de un potente trueno, que decían: «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina. Biblia Católica (Latinoamericana) Y oí el ruido de una multitud inmensa como el ruido del estruendo de las olas, como el fragor de fuertes truenos. Y decían:
Aleluya.
Ahora reina el Señor Dios,
el Todopoderoso. La Biblia Textual 3a Edicion Y oí como la voz de una gran° multitud, y como ruido de muchas aguas,° y como estruendo de fuertes truenos, que decían: ¡Aleluya! Porque el Señor Dios Todopoderoso asumió el reino.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y oí un clamor como de numerosa muchedumbre, como estruendo de muchas aguas y estampido de poderosos truenos, que decía: '¡Aleluya! Porque ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios todopoderoso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oí como la voz de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, diciendo: ¡Aleluya, porque reina el Señor Dios Todopoderoso! |
¿Tienes un brazo tú como el de Dios? ¿Puedes tronar con voz como la suya?
las nubes dejaron caer su lluvia, los nublados tronaron y los rayos volaban por uno y otro lado;
El Señor es rey de majestad vestido: el Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder. Tú afirmaste el mundo y no se moverá;
El Señor es rey; que se alegre la tierra y exulten las islas incontables.
Los que practicáis la justicia, alegraos en el Señor y bendecid su santa memoria.
El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.
¡Oh, qué bellos son por los montes los pies del mensajero de albricias, que anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación y dice a Sión: ¡Tu Dios reina!
Entonces el cielo y la tierra y cuanto encierran entonarán sobre Babilonia un cántico de triunfo, porque del norte llegan contra ella los devastadores -dice el Señor-.
Sentí el rumor de las alas mientras se movían; parecía el rumor de aguas ingentes, semejante a la voz del todopoderoso; un ruido tumultuoso como el de un ejército. Y cuando se pararon, replegaron sus alas.
la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la tierra resplandecía de gloria.
sus pies, como el bronce fundido a fuego; su voz, como el rumor de aguas caudalosas;
Yo soy el alfa y la omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el todopoderoso.
Oí una voz potente en el cielo, que decía: Ahora ha llegado la victoria, el poder, el reino de nuestro Dios y la soberanía de su mesías, porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche les acusaba ante nuestro Dios.
Oí una voz que venía del cielo, semejante a la voz de aguas caudalosas y al ruido de un gran trueno. El sonido que oí era como el de citaristas que tocan sus cítaras.
Después de esto oí en el cielo la voz de una gran multitud que decía: ¡Aleluya! La victoria, la gloria y el poder a nuestro Dios,
Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron de rodillas y adoraron a Dios, que está sentado sobre el trono, diciendo: Amén. ¡Aleluya!
No vi en ella ningún templo, porque su templo es el Señor, Dios todopoderoso, y el cordero.
Del trono salían rayos, voces y truenos. Siete lámparas de fuego ardían delante del trono (que son los siete espíritus de Dios).
Tuve una visión en el momento en que el cordero abrió el primero de los siete sellos. Oí al primero de los cuatro seres vivientes, que gritaba como con una voz de trueno: Ven.
Después el ángel tomó el incensario, lo llenó de fuego del altar y lo lanzó sobre la tierra. Entonces se produjeron truenos, relámpagos, voces y terremotos.