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Salmos 93:1 - Biblia Martin Nieto

1 El Señor es rey de majestad vestido: el Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder. Tú afirmaste el mundo y no se moverá;

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Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡El Señor es rey! Se viste de majestad. Ciertamente el Señor se viste de majestad y está armado con fuerza. El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Reina el Señor, vestido de grandeza, el Señor se revistió de poder, lo ciñó a su cintura, el mundo está ahora firme e inamovible.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡YHVH reina! se ha vestido de majestad! YHVH se viste y se ciñe de poder. El mundo está establecido y no será conmovido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Reina el Señor, vestido de majestad, el Señor está ataviado, ceñido de poder, y el orbe está seguro, inconmovible.

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Salmos 93:1
30 Tagairtí Cros  

Temblad en su presencia los de la tierra entera. El Señor fijó el orbe y no se moverá.


Alégrense los cielos, regocíjese la tierra y pregonen los pueblos: 'El Señor es rey'.


La riqueza y la gloria te preceden, tú eres el dueño de todo, en tu mano está la fuerza y el poder, en tu mano encuentran estabilidad y grandeza todas las cosas.


¡Ea, adórnate de majestad y de grandeza, revístete de gloria y de esplendor!


El Señor en los cielos asentó su trono, y su soberanía todo lo gobierna.


Tu reino es un reino eterno y tu imperio dura por todas las edades. El Señor es fiel a su palabra, leal en todas sus acciones.


¿Quién es Dios fuera del Señor? ¿Quién es roca fuera de nuestro Dios?


Las palabras de su boca no son más que pecado; que caigan presa de su propio orgullo por sus blasfemias y falsos juramentos.


Tu justicia nos responde con prodigios, oh Dios, salvador nuestro, esperanza de los confines de la tierra y los mares lejanos;


tú, que afirmas los montes con tu fuerza y te ciñes de bravura;


'En la hora en que decida, juzgaré según derecho.


Decid por las naciones: 'El Señor es rey, él afirmó el mundo, y no se moverá; él juzga a los pueblos con justicia'.


El Señor es rey; que se alegre la tierra y exulten las islas incontables.


El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.


La justicia será el ceñidor de su cintura; la lealtad, el cinturón de sus caderas.


Soy yo quien ha hecho la tierra, y en ella he creado al hombre; yo mismo con mis manos he extendido los cielos, y a todo su ejército doy órdenes.


Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el que es Dios, el que formó la tierra y la creó, el que la estableció y no la creó vacía, sino que la formó para ser habitada; yo, el Señor, y nadie más:


Esto dice el Señor: En el tiempo de la gracia te he atendido, el día de la salvación te he ayudado, te he formado y te he puesto como alianza del pueblo para reconstruir el país, para repartir heredades devastadas


He puesto mis palabras en tu boca y te he ocultado con la sombra de mi mano, al desplegar los cielos y fundar la tierra y decir a Sión: 'Mi pueblo res tú'.


¡Despierta, despierta; vístete de fuerza, brazo del Señor; despierta como antaño en los días de las generaciones antiguas! ¿No eres tú el que partió en dos a Rahab y traspasó al dragón?


¡Oh, qué bellos son por los montes los pies del mensajero de albricias, que anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación y dice a Sión: ¡Tu Dios reina!


Se revistió de justicia como de una coraza, y puso en su cabeza el yelmo de la salvación; se vistió la venganza como una túnica y se envolvió en la indignación como en un manto.


¿Quién es éste que llega de Edón, de Bosra, con vestidos de púrpura; que, espléndido en su aderezo, avanza majestuoso en la plenitud de su fuerza? Soy yo, el que profeso la justicia y soy grande en salvar.


no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal'.


Del Hijo, en cambio, afirma: Tu trono, oh Dios, dura eternamente; y: el cetro de tu reino es cetro de justicia.


Luego oí como una voz de potentes truenos, que decía: ¡Aleluya! El Señor, nuestro Dios, todopoderoso, ha establecido su reino.


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