Dios dijo a Noé: 'He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Voy a exterminarlos a todos ellos juntamente con la tierra.
Amós 8:2 - Biblia Martin Nieto Y me dijo: '¿Qué ves, Amós?'. Yo contesté: 'Una canasta de frutas maduras'. El Señor me dijo: 'Viene el fin sobre mi pueblo Israel; no le perdonaré más tiempo'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué ves, Amós? —me preguntó. —Una cesta repleta de fruta madura —contesté. Entonces el Señor dijo: —Al igual que esta fruta, ¡Israel está maduro para el castigo! No volveré a demorar su castigo. Biblia Católica (Latinoamericana) y me dijo: '¡Qué ves, Amos?' Yo respondí: 'Una canasta de frutas maduras. Yavé me dijo: 'También está maduro mi pueblo de Israel, el fin ha llegado; ya no le perdonaré más. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un cesto de fruta madura. Entonces me dijo YHVH: Maduro° está mi pueblo Israel; ya no lo toleraré más. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y me preguntó: '¿Qué ves, Amós?'. 'Una cesta de fruta madura', respondí. Yahveh me dijo: 'Mi pueblo Israel está maduro, no le perdonaré ya más. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no le pasaré más. |
Dios dijo a Noé: 'He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Voy a exterminarlos a todos ellos juntamente con la tierra.
y la flor marchita de su orgulloso esplendor, que domina el fértil valle, será como el higo prematuro; el que lo ve, le echa mano y come.
Mirad, yo por mí me quedo en Mispá como representante del país ante los caldeos que vengan a nosotros. Vosotros recoged la uva, los frutos y el aceite, llenad vuestras tinajas y habitad en las ciudades que vais a ocupar'.
Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin?
Se espiaban nuestros pasos, se nos cerraban nuestras plazas. Llegaba nuestro fin, cumplidos nuestros días; sí, llegaba nuestro fin.
Diles: Esto dice el Señor Dios: Haré que calle este proverbio y no se oirá repetir más en Israel. Diles en cambio: Se acercan los días y el cumplimiento de toda visión.
Por tanto, esto dice el Señor Dios: Mira, yo haré venir contra ti la espada y exterminaré de ti hombres y animales.
Me dijo también: 'Hijo de hombre, todas las palabras que yo te diga consérvalas en tu corazón, escúchalas con la mayor atención;
Pero la casa de Israel no querrá escucharte a ti, como no quiere escucharme a mí, porque toda la casa de Israel es de cabeza dura y corazón de piedra.
Y me dijo: '¿Has visto, hijo de hombre, lo que hacen los ancianos de Israel en la oscuridad, cada uno en su estancia recargada de pinturas idolátricas, que están diciendo: El Señor no nos ve, el Señor ha abandonado el país?'.
Y me dijo: '¿Has visto, hijo de hombre? ¿Acaso no le basta al pueblo de Judá cometer las acciones nefastas que cometen aquí, para que llenen también el país de violencia, hasta el punto de provocar aún mi cólera? Mira cómo se llevan el ramo a las narices.
Y continuó: 'Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las acciones nefastas que la casa de Israel comete en este lugar para alejarme de mi santuario? Pues todavía verás acciones más nefastas'.
Ha llegado la hora del castigo, ha llegado la hora de la paga merecida; que lo sea Israel: el profeta es un necio, un loco el hombre inspirado, por tu gran crimen, por tu gran rebelión.
El Señor me dijo: '¿Qué ves, Amós?'. Respondí: 'Una plomada'. Y el Señor me dijo: 'Pongo la plomada en medio de mi pueblo Israel, y no le perdonaré por más tiempo.
¡Ay de mí, que soy como un espigador en verano, como un rebuscador tras la vendimia! No hay un racimo que comer, ni un higo temprano que apetezco tanto.
El ángel me preguntó: '¿Qué ves? Yo respondí: Veo un libro que vuela; tiene diez metros de largo y cinco de ancho.