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2 Reyes 8:9 - Biblia Martin Nieto

Jazael fue a verlo llevando consigo lo mejor de Damasco: una carga de cuarenta camellos. Llegó ante él y dijo: 'Tu hijo, Ben Hadad, rey de Siria, me ha enviado a ti para preguntarte si se curará de la enfermedad'.

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Biblia Reina Valera 1960

Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Hazael cargó cuarenta camellos con los mejores productos de Damasco para regalarle a Eliseo. Fue a verlo y le dijo: —Tu siervo Ben-adad, rey de Aram, me ha enviado a preguntarte: “¿Voy a recuperarme de esta enfermedad?”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jazael fue pues a ver al hombre de Dios, llevándole como regalo de todo lo mejor que hay en Damasco, lo que era transportado en cuarenta camellos. Llegó a la casa del hombre de Dios y, cuando lo hicieron entrar, le dijo: 'Tu hijo Ben-Hadad, rey de Aram, me envió donde ti para saber si sanará de su enfermedad'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hazael fue pues a su encuentro llevándose consigo un presente de lo mejor de Damasco, una carga de cuarenta camellos, y se detuvo ante él, y le dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me envía a ti, preguntando: ¿Sanaré de esta enfermedad?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Fue, pues, Jazael a su encuentro, llevando consigo, como regalo, todo lo mejor de Damasco, cargado en cuarenta camellos. Llegó y se presentó ante él, diciendo: 'Tu hijo, Ben Hadad, rey de Aram, me envía a ti para preguntarte: '¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?''.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tomó pues Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados y salió a recibirlo; y llegó, y se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Benadad, rey de Siria, me ha enviado a ti, diciendo: ¿He de sanar de esta enfermedad?

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2 Reyes 8:9
13 Tagairtí Cros  

Llévate diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él. Él te dirá lo que ha de ser del niño'.


Entonces Asá tomó la plata y el oro de los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus servidores los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón, rey de Siria, que tenía su residencia en Damasco, con este mensaje:


Y el Señor le dijo: 'Anda, vuelve a emprender tu camino por el desierto hacia Damasco, y, cuando llegues, ungirás a Jazael por rey de Siria;


Ocozías se cayó por una ventana del piso superior en Samaría, resultando gravemente herido. Y envió mensajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, si se curaría de sus heridas.


Eliseo estaba enfermo de muerte. Joás, rey de Israel, fue a visitarlo; al verlo, se echó a llorar y decía: '¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel!'.


Acaz había enviado mensajeros a decir de su parte a Teglat-Falasar, rey de Asiria: 'Soy tu siervo y tu hijo. Ven y sálvame de las manos del rey de Siria y del rey de Israel, que se han levantado contra mí.


Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: 'Padre nuestro, si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio!'.


Y el rey respondió: 'Está bien, anda y lleva una carta mía al rey de Israel'. Partió Naamán llevando consigo unos trescientos cuarenta kilos de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de vestidos.


El rey de Israel, al verlos, dijo a Eliseo: 'Padre mío, ¿los mato?'.


un tiempo para buscar y un tiempo para perder; un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;


pero nada he querido hacer sin tu consentimiento, a fin de que me hagas esta buena obra no a la fuerza, sino de buena gana.


Pregunta a tus muchachos y te lo dirán. Atiende a estos jóvenes, ya que han llegado en un día de júbilo. Te ruego que des a tus siervos y a tu hijo David lo que encuentres a mano'.


Saúl respondió al mozo: 'Si, vamos allá, ¿qué llevaremos a ese hombre? Ya no hay pan en nuestros sacos y no tenemos nada que ofrecer al hombre de Dios. ¿Qué le daremos?'.