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2 Reyes 1:15 - Biblia Martin Nieto

El ángel del Señor dijo a Elías: 'Anda con él, no le tengas miedo'. Fue con él, se presentó ante el rey,

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el ángel del Señor dijo a Elías: «Desciende con él y no le tengas miedo». Así que Elías se levantó y fue con el capitán a ver al rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces el ángel de Yavé dijo a Elías: 'Baja con él, pues nada tienes que temer de su parte'. Se levantó pues y bajó con ellos hasta donde estaba el rey.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces el ángel° de YHVH dijo a Elías: Baja con él, no tengas temor de su rostro.° Y se levantó y bajó con él al rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo entonces el ángel de Yahveh a Elías: 'Baja con él y no le tengas miedo'. Se levantó, pues, y bajó adonde estaba el rey.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

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2 Reyes 1:15
11 Tagairtí Cros  

Después de todo esto, la palabra del Señor fue dirigida a Abrán en una visión. Dijo: 'No temas, Abrán, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande'.


Elías respondió: '¡Vive el Señor todopoderoso, a cuyo servicio estoy!, que hoy me presentaré a él'.


Ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos capitanes de cincuenta y a su gente, pero ahora, que mi vida sea preciosa a tus ojos'.


Entonces el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: 'Anda al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?


Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú para temer a un hombre mortal, a un hijo de Adán, condenado a la suerte del heno?


Pero tú, cíñete la cintura, levántate para decirles todo lo que yo te ordene. No tiembles ante ellos, no sea que te haga yo temblar en su presencia.


Yo te constituiré para este pueblo, cual muralla de bronce inconmovible. Lucharán contra ti, mas no te vencerán, pues yo estaré contigo para salvarte y librarte -dice el Señor-.


Y tú, hijo de hombre, no los temas ni tengas miedo de sus palabras. No temas, aunque te encuentres entre cardos y zarzas y habites en medio de escorpiones. No temas sus palabras ni te asustes de sus miradas, porque no son más que una raza de rebeldes.


No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.


Por la fe huyó de Egipto sin temor a las iras del rey y se mantuvo firme como si viese al invisible.