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2 Reyes 1:3 - Biblia Martin Nieto

3 Entonces el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: 'Anda al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?

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Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces el ángel del Señor le dijo a Elías, quien era de Tisbé: «Ve y enfrenta a los mensajeros del rey de Samaria, y pregúntales: “¿Acaso no hay Dios en Israel? ¿Por qué recurren a Baal-zebub, dios de Ecrón, a consultarle si el rey va a recuperarse?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pero el ángel de Yavé dijo a Elías de Tisbé: 'Levántate y sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría. Les dirás: ¿Así que ya no hay más Dios en Israel que van a consultar a Baalcebub, el dios de Ecrón?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces el ángel° de YHVH dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Es porque no hay ’Elohim en Israel por lo que vais a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pero el ángel de Yahveh dijo a Elías el tesbita: 'Ve y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría, y diles: '¿Acaso no hay Dios en Israel y por eso vais a consultar a Baal-Zebub, dios de Ecrón?'.

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2 Reyes 1:3
21 Tagairtí Cros  

Porque me ha abandonado a mí y ha adorado a Astarté, diosa de los sidonios; a Camós, dios de Moab, y a Milcón, dios de los amonitas, y no ha seguido mis caminos, haciendo lo que es recto a mis ojos, ni ha guardado mis leyes y mis mandamientos, como su padre David.


Elías, el tesbita, de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive el Señor, Dios de Israel, a cuyo servicio estoy!: en estos dos años no habrá lluvia ni rocío, mientras yo no lo diga'.


Después de mucho tiempo, a los tres años, el Señor dijo a Elías: 'Anda, preséntate a Ajab, pues quiero hacer llover sobre la faz de la tierra'.


A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elías, se adelantó y dijo: '¡Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he hecho todas estas cosas.


Luego se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Un ángel le tocó y le dijo: 'Levántate y come'.


El ángel del Señor volvió por segunda vez, le tocó y le dijo: 'Levántate y come, pues te resta un camino demasiado largo para ti'.


Entonces el Señor dijo a Elías, el tesbita:


Ocozías se cayó por una ventana del piso superior en Samaría, resultando gravemente herido. Y envió mensajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, si se curaría de sus heridas.


Ellos le respondieron: 'Un hombre nos ha salido al encuentro y nos ha dicho: Volveos al rey y decidle: Esto dice el Señor: ¿Es que no hay Dios en Israel para que mandes a consultar a Belcebú, dios de Ecrón? Por eso, ya no te levantarás de la cama, sino que morirás sin remedio'.


Le respondieron: 'Era un hombre velludo y con una correa de cuero ceñida a la cintura'. 'Es Elías, el tesbita', exclamó el rey.


Acto seguido regresó con toda su comitiva adonde el hombre de Dios, y en pie ante él, dijo: 'Reconozco que no hay otro dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel. Y ahora, dígnate recibir un regalo de tu siervo'.


Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: '¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta'.


Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo de Asaf. Cántico


Y os dirán: Consultad a los espíritus de los adivinos que murmuran y susurran. ¿Un pueblo no debe consultar a sus dioses, y a sus muertos acerca de los vivos


En la angustia de mi alma me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo.


Los maestros de la ley, que habían venido de Jerusalén, decían: '¡Tiene a Belcebú!'; y también: '¡Echa a los demonios con el poder del príncipe de los demonios!'.


El ángel del Señor dijo a Felipe: 'Ponte en marcha hacia el sur, por el camino que va de Jerusalén a Gaza a través del desierto'.


Hoy el Señor te entregará en mis manos, te mataré, te cortaré la cabeza y hoy mismo daré tu cadáver y los cadáveres de los ejércitos filisteos, a las aves del cielo y a las bestias del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel,


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