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Salmos 27:1 - Biblia Martin Nieto

1 De David

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Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 De David. YHVH es mi luz y mi salvación, ¿De quién temeré? YHVH es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 De David. El Señor es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Señor es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?

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Salmos 27:1
45 Tagairtí Cros  

cuando su lámpara brillaba sobre mi cabeza y a su luz caminaba en las tinieblas!


Te doy gracias porque me has escuchado, a ti te debo la victoria.


El Señor está conmigo; de nada tengo miedo, ¿qué puede hacerme el hombre?


Tú salvas al pueblo humilde y humillas los ojos altaneros.


Tú, Señor, eres mi lámpara; Dios mío, ilumina mis tinieblas.


los hijos de extranjeros palidecen y abandonan temblando sus refugios.


guarda a tu siervo del orgullo, que el orgullo no me domine nunca; así seré perfecto y libre de pecado.


Levántate, Señor; sálvame, Dios mío. Tú das de bofetadas a todos mis enemigos y rompes los dientes a los malhechores.


Pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar yo triste, bajo la opresión de mi enemigo?


Mi alma sólo descansa en Dios, mi salvación viene de él;


Mi alma sólo descansa en Dios, mi salvación viene de él;


Un día en tus atrios vale más que mil: prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios a vivir en la casa del malvado.


Mi fortaleza y mi cántico es el Señor, él fue mi salvación; él es mi Dios, yo le alabaré; el Dios de mi padre, lo ensalzaré.


Dios es mi salvador; confío en él, no temo, porque mi fuerza y mi júbilo es el Señor; él es mi salvación.


Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.


diciendo: ¡Sólo en el Señor está la salvación! A él vendrán avergonzados todos los que se enfurecían contra él.


Yo salto de gozo con el Señor, mi alma se entusiasma con mi Dios, porque me ha puesto los vestidos de la salvación, me ha envuelto en el manto de la justicia, como un recién casado se ciñe la diadema o una novia se adorna con sus joyas.


Pero el Señor está conmigo como un héroe potente: caerán mis adversarios derrotados; ahí están en su fracaso avergonzados, en ignominia perpetua, inolvidable.


Jesús les dijo: '¿Por qué tembláis, hombres de poca fe?'. Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.


Mis propios ojos han visto al Salvador


para que todos vean la salvación de Dios.


Existía la luz verdadera, / que con su venida a este mundo / ilumina a todo hombre. /


Jesús les habló de nuevo: 'Yo soy la luz del mundo. El que me siga no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida'.


¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?


y las tres me ha respondido: 'Te basta mi gracia, pues mi poder triunfa en la flaqueza'. Con gusto, pues, presumiré de mis flaquezas para que se muestre en mí el poder de Cristo.


no las temas; acuérdate de lo que el Señor, tu Dios, hizo con el Faraón y con todo Egipto;


No tiembles ante ellos, pues está contigo el Señor, tu Dios, el Dios grande y terrible.


Todo lo puedo en aquel que me conforta.


No te dejaré ni te abandonaré; de suerte que podemos decir con confianza: El Señor es mi auxilio; no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?


La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.


No habrá ya noche, no tendrán ya necesidad de la luz de una lámpara ni de la del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos.


Gritaban con voz potente: La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del cordero.


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