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2 Corintios 12:4 - Biblia Martin Nieto

fue arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre no puede expresar.

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Biblia Reina Valera 1960

que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

que fui llevado al paraíso y oí cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, cosas que a ningún humano se le permite contar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras no habladas y que nadie sabría expresar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que no es dado al hombre expresar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que a un hombre no le es lícito proferir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables, que al hombre no le es lícito expresar.

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2 Corintios 12:4
9 Tagairtí Cros  

Yo le había hecho hermoso por la abundancia de sus ramas; todos los árboles de Edén, que había en el jardín de Dios, le tenían envidia.


Alargó una especie de mano, me agarró por los cabellos y el espíritu me elevó entre la tierra y el cielo y me llevó, en visiones divinas, a Jerusalén, a la entrada de la puerta interior que da al norte, allí donde estaba situado el ídolo que provoca los celos.


Y le contestó: 'Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso'.


Al salir del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco ya no lo vio más, y continuó su camino muy contento.


Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan.


Conozco a un hombre, un cristiano, que hace catorce años -en cuerpo o en espíritu, no lo sé, Dios lo sabe- fue arrebatado hasta el tercer cielo.


Después nosotros, los vivos, los que estemos hasta la venida del Señor, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes por los aires al encuentro del Señor. Y ya estaremos siempre con el Señor.


Ella dio a luz un hijo varón, el que debía regir a todas las naciones con una vara de hierro.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.