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1 Timoteo 3:3 - Biblia Martin Nieto

no debe emborracharse, ni ser amigo de peleas; debe ser ecuánime, pacífico y desinteresado;

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Biblia Reina Valera 1960

no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No debe emborracharse ni ser violento. Debe ser amable, no debe buscar pleitos ni amar el dinero.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

no adicto al vino, ni pendenciero,° sino amable, apacible, no avaro,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

no bebedor ni pendenciero, sino amable, conciliador, desinteresado;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

no dado al vino, no rencilloso, no codicioso de ganancias deshonestas, sino moderado, apacible, ajeno de avaricia;

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1 Timoteo 3:3
45 Tagairtí Cros  

Tal es el destino del que practica la rapiña; su propia avaricia lo mata.


Mejor es el fin de una cosa que su principio; mejor es la paciencia que la soberbia.


¡Ay de la soberbia corona de los borrachos de Efraín, y de la flor marchita de orgulloso esplendor que domina el fértil valle; ay de los cargados de vino!


También éstos se tambalean por el vino, y desatinan por los licores. Sacerdotes y profetas se tambalean por los licores, y el vino los domina: los licores les hacen desatinar, se tambalean como si tuvieran visiones, titubean al pronunciar sentencia.


Pues desde el más chico hasta el mayor, todos están llenos de rapiña; desde el profeta al sacerdote, todos practican la estafa.


Por eso daré a otros sus mujeres, sus campos a nuevos propietarios, porque desde el más chico al más grande todos están llenos de rapiña; desde el profeta al sacerdote, todos practican el engaño.


Ningún sacerdote beberá vino el día en que tenga que entrar en el atrio a oficiar.


'Cuando tengáis que entrar en la tienda de la reunión, no beberéis vino o bebida embriagante ni tú ni tus hijos, y no moriréis. Es ley perpetua para vuestras generaciones,


Si hubiera un hombre que persiguiera el viento y fraguara esta mentira: 'Yo te profetizo vino y licor', éste sería el profeta digno de este pueblo.


Sus jueces juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas profetizan por dinero y luego se apoyan en el Señor diciendo: '¿Es que no está el Señor en medio de nosotros? ¡Ninguna desgracia nos alcanzará!'.


Esto dice el Señor sobre los profetas que engañan a mi pueblo; cuando tienen algo que masticar entre sus dientes, entonces gritan: '¡Paz!', pero a quien no les pone nada en la boca le declaran la guerra.


¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos.


y les dijo: 'Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones'.


De nadie he deseado plata, oro o vestidos.


porque ésos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a su estómago, y con palabras dulces y agradables engañan a la gente sencilla.


No bebáis vino hasta emborracharos, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llenaos del Espíritu Santo


Hermanos, os pedimos también que corrijáis a los indisciplinados, que animéis a los cobardes, que sostengáis a los débiles y que seáis pacientes con todos.


Asimismo, que los diáconos sean hombres dignos, formales, no aficionados a la bebida y a los negocios sucios.


Pues los hombres serán egoístas, amigos del dinero, altivos, orgullosos, blasfemos, rebeldes con los padres, ingratos, injustos,


a los que es preciso tapar la boca. Revuelven familias enteras enseñando lo que no deben, llevados por el ansia de ganancias sucias.


Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador que es de la casa de Dios; no debe ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni amigo de peleas ni de negocios sucios;


que las ancianas, igualmente, observen una conducta digna de personas santas; que no sean calumniadoras, ni dadas a la bebida, sino capaces de instruir en el bien,


que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos, comprensivos y sumamente amables con todo el mundo.


Que la avaricia no se apodere de vosotros. Contentaos con lo que tenéis, porque Dios mismo ha dicho:


¿De dónde vienen las luchas y los litigios entre vosotros? ¿No provienen acaso de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros?


Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad;


Llevados de la avaricia, os explotarán con palabras llenas de falsedad; hace mucho tiempo que la condenación los amenaza y su ruina no duerme.


¡Ay de ellos!, porque siguieron el camino de Caín, se precipitaron en el pecado de Bala n por ansia de dinero y perecieron en la rebelión de Coré.


Yo, Juan, vuestro hermano y vuestro compañero en el sufrimiento, en el reino y en la constancia, en Jesús, yo me encontraba en la isla de Patmos por haber predicado la palabra de Dios y por haber dado testimonio de Jesús.


Pero sus hijos no siguieron sus caminos; se volvieron ambiciosos, se dejaban sobornar y dictaban sentencias injustas.