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1 Samuel 1:9 - Biblia Martin Nieto

Después que comieron y bebieron en Silo, Ana se levantó y se puso ante el Señor, mientras Elí, el sacerdote, estaba sentado en su silla ante la puerta del santuario del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una vez, después de comer lo que fue ofrecido como sacrificio en Silo, Ana se levantó y fue a orar. El sacerdote Elí estaba sentado en su lugar de costumbre junto a la entrada del tabernáculo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ese día, después que comieron y bebieron en Silo, Ana vino a presentarse ante Yavé mientras el sacerdote Helí estaba sentado en su sillón junto a la puerta del Santuario de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Un año,° después que hubieron comido y bebido, Ana se levantó en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su sitial junto a una jamba de la Casa de YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de comer y beber en Siló, se levantó Ana y se puso delante de Yahveh. Entre tanto, el sacerdote Elí estaba sentado en una silla, junto a la jamba de la puerta del santuario de Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,

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1 Samuel 1:9
9 Tagairtí Cros  

dijo al profeta Natán: 'Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor está bajo una tienda'.


Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.


la voz del Señor retuerce las encinas y arrasa los bosques; en su templo todo grita: '¡Gloria!'.


llevas a la ruina a los mentirosos, al hombre explotador y fraudulento el Señor lo detesta.


el amo lo hará comparecer ante el Señor, lo acercará a la puerta de la casa o a la jamba y le perforará la oreja con un punzón; será su esclavo para siempre.


Ella, con el alma llena de amargura y bañada en lágrimas, se puso a rezar al Señor,


Samuel siguió acostado hasta la mañana, y entonces abrió las puertas del templo del Señor. Samuel tenía miedo de contar a Elí la visión que había tenido.


La lámpara de Dios todavía no estaba apagada, y Samuel dormía en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios.


Cuando llegó, Elí estaba sentado en su silla, al lado de la puerta, a la expectativa, pues su corazón temía por el arca de Dios. El hombre entró en la ciudad para contarlo, y toda la ciudad comenzó a gritar.