Lavaos, purificaos, alejad vuestras malas acciones de mis ojos; dejad de hacer el mal.
1 Pedro 4:1 - Biblia Martin Nieto Por eso, si Cristo sufrió en su carne mortal, haceos la cuenta de que también vosotros tenéis que sufrir, el que está dispuesto a sufrir en su carne ha roto con el pecado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, ya que Cristo sufrió dolor en su cuerpo, ustedes prepárense, adoptando la misma actitud que tuvo él, y estén listos para sufrir también. Pues, si han sufrido físicamente por Cristo, han terminado con el pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Dado que Cristo padeció en su carne, háganse fuertes con esta certeza: el que ha padecido en su carne ha roto con el pecado. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que el Mesías padeció en la carne,° vosotros también armaos con el mismo pensamiento: El que padeció en la carne terminó con el pecado,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si, pues, Cristo ha padecido en carne, armaos también vosotros de la misma idea, a saber, que el que ha padecido en la carne ha quedado desligado del pecado, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; |
Lavaos, purificaos, alejad vuestras malas acciones de mis ojos; dejad de hacer el mal.
Prenderán fuego a tus casas, ejecutarán la sentencia contra ti a la vista de otras muchas mujeres y haré que dejes de prostituirte y no vuelvas a dar salario de prostituta.
Él dijo al hombre que tenía la mano seca: 'Levántate y ponte en medio'.
Así, también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús.
¡Nunca jamás! Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a seguir viviendo en él?
y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí. Mi vida presente la vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias.
Por esto, recibid la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y ser perfectos en todo.
Obedecerás al Señor, tu Dios, y pondrás en práctica los mandamientos y las leyes que yo te prescribo hoy'.
Pensad, pues, continuamente en aquel que soportó tan grande contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis perdiendo el ánimo.
pues aquel que entre en el reposo de Dios, descansará también él de sus obras, como Dios de las suyas.
Más aún, ésta es vuestra vocación, pues también Cristo sufrió por vosotros, y os dejó ejemplo para que sigáis sus pasos.
Pues también Cristo murió una vez por los pecados el justo por los injustos, con el fin de llevarnos a Dios. Sufrió la muerte corporal, pero fue devuelto a la vida espiritual;