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Hebreos 12:3 - Biblia Martin Nieto

3 Pensad, pues, continuamente en aquel que soportó tan grande contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis perdiendo el ánimo.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Piensen en Jesús, que sufrió tantas contradicciones de parte de gente mala, y no les faltarán las fuerzas ni el ánimo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Considerad pues al que soportó tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo° no se canse y desfallezca,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Fijaos bien en él, que soportó tamaña oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis ánimos.

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Hebreos 12:3
46 Tagairtí Cros  

Si te muestras débil en tiempo de prosperidad, en el día de la desventura tu fuerza será flaqueza.


El Señor Dios me ha dado una lengua de experto para que yo sepa responder al cansado. Cada mañana me despierta el oído para escuchar como un discípulo.


Ha venido el hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Éste es un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Pero la sabiduría ha sido justificada con sus obras'.


Pero los fariseos, al oírlo, dijeron: 'Éste echa los demonios con el poder de Belcebú, príncipe de los demonios'.


'¿Por qué tus discípulos quebrantan las tradiciones de los ancianos, pues no se lavan las manos al comer?'.


Entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: '¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?'.


y querían prenderlo, pero temían a la gente porque lo tenían por profeta.


Los fariseos se fueron a deliberar y ver cómo le podrían cazar en alguna palabra.


Un sábado fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; éstos lo estaban acechando.


Y los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban: 'Éste acoge a los pecadores y come con ellos'.


Los fariseos, amigos del dinero, oían esto y se burlaban de él.


Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: 'Este niño está destinado en Israel para que unos caigan y otros se levanten; será signo de contradicción


Los maestros de la ley y los fariseos se dijeron: '¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?'.


Muchos decían: 'Está endemoniado y loco. ¿A qué lo escucháis?'.


Al decir esto Jesús, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciendo: '¿Así respondes al sumo sacerdote?'.


y los judíos perseguían a Jesús porque hacía tales cosas en sábado.


Acerca de él había muchas habladurías entre la gente. Unos decían: 'Es bueno'. Otros, por el contrario, decían: 'Nada de bueno: engaña a la gente'.


Los fariseos le dijeron: 'Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido'.


Los judíos le dijeron: 'Ahora estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán y los profetas murieron, y tú dices: El que guarde mi palabra nunca morirá.


Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.


Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le preguntaron: '¿Somos también nosotros ciegos?'.


Por esto, queridos hermanos, manteneos firmes, inconmovibles, trabajando más y más en la obra del Señor, sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo.


Por eso, teniendo este ministerio por la misericordia de Dios, no nos desanimamos.


Por esto no desfallecemos, pues aunque nuestro hombre exterior vaya perdiendo, nuestro hombre interior se renueva de día en día.


No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos.


diciendo: ¡Escucha, Israel! Hoy mismo vais a dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, no tembléis ni os asustéis ante ellos,


Hermanos, no os canséis de hacer el bien.


fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.


Habéis olvidado la exhortación que os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desalientes cuando te reprenda;


Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús,


él, que, siendo ultrajado no respondía con ultrajes siendo maltratado no amenazaba sino que se ponía en manos del que juzga con justicia;


que eres constante y que has sufrido por mi nombre sin desfallecer.


Respetad al Señor y servidle sinceramente con todo vuestro corazón, considerando las grandes cosas que ha hecho por vosotros.


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