Y él les respondió: 'A vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a ellos no.
1 Corintios 13:2 - Biblia Martin Nieto Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo amor, no soy nada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Biblia Nueva Traducción Viviente Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Biblia Católica (Latinoamericana) Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. La Biblia Textual 3a Edicion Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda la ciencia,° y si tuviera toda la fe, de tal manera que removiera montañas,° y no tuviera amor, nada soy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y si tengo el don de profecía y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover montañas, pero no tengo amor, nada soy. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy. |
Y él les respondió: 'A vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a ellos no.
Les dijo: 'Por vuestra poca fe; os aseguro que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se trasladaría; nada os sería imposible'.
Vio una higuera junto al camino, se acercó a ella y no encontró más que hojas. Entonces dijo: 'Jamás brote de ti fruto alguno'. Y la higuera se secó en aquel mismo instante.
Jesús les respondió: 'Os aseguro que si tuvierais fe y no dudarais, no sólo haríais lo de la higuera, sino que si decís a este monte: Quítate de ahí y échate al mar, así se hará.
En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores: Bernabé y Simón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manahén, hermano de leche de Herodes el virrey, y Saulo.
Hermanos, no quiero que ignoréis este misterio -para que no presumáis de vosotros mismos-: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que todos los paganos hayan entrado;
Hermanos, yo estoy convencido de que tenéis muy buena voluntad y mucha sabiduría para aconsejaros unos a otros.
Al que puede fortaleceros en el evangelio que yo anuncio, en la proclamación de Jesucristo y en la revelación del misterio mantenido en secreto desde tiempo eterno,
El hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a Cristo, que es su cabeza.
Y así Dios ha puesto en la Iglesia en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercero, a los maestros; luego, los que tienen el poder de hacer milagros; después, los que tienen el don de curar, de asistir a los necesitados, de gobernar, de hablar lenguas extrañas.
Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan.
Aunque reparta todos mis bienes entre los pobres y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor nunca falla. Desaparecerán las profecías, las lenguas cesarán y tendrá fin la ciencia.
En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los demás que den su parecer.
En resumen, hermanos, ambicionad el don de profecía, y no impidáis hablar en lenguas;
El que habla en lenguas extrañas se aprovecha a sí mismo; el que profetiza, lo hace en beneficio de la Iglesia.
Ahora os voy a declarar un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados.
Que la gente nos tenga como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Da igual estar o no estar circuncidado: lo que importa es guardar los mandamientos de Dios.
Viniendo, pues, a lo de la comida de las carnes ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo.
He hecho el tonto, pero vosotros me obligasteis. Pues debíais alabarme, ya que en nada les fui en zaga a los más eximios apóstoles, aunque nada soy.
Yo os digo: Dejaos conducir por el Espíritu, y no os dejéis arrastrar por las apetencias de la carne.
Por el contrario, los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, generosidad, benignidad, bondad, fe,
Porque si alguno se imagina ser algo, siendo así que es nada, se engaña a sí mismo.
leyéndolo, podréis saber el conocimiento que yo tengo del secreto de Cristo,
pedid también por mí, para que Dios ponga en mis labios las palabras adecuadas y anuncie con valentía el plan secreto de Dios, el evangelio,
el plan secreto de Dios, escondido desde los siglos y desde las generaciones y ahora manifestado a los creyentes,
Y sin duda alguna es grande el misterio de nuestra religión: 'Que se ha manifestado como hombre, ha sido acreditado por el Espíritu, se ha mostrado a los ángeles, ha sido anunciado a las naciones, creído en el mundo, elevado a la gloria'.