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Números 27:3 - Nueva Biblia Española (1975)

Nuestro padre ha muerto en el desierto. No era de la banda de Córaj, de los que se rebelaron contra el Señor, sino que él murió por su propio pecado. Y no ha dejado hijos.

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Biblia Reina Valera 1960

Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ellas dijeron: «Nuestro padre murió en el desierto, pero no por estar entre los seguidores de Coré que se rebelaron contra el Señor, sino que murió debido a su propio pecado y no tuvo hijos varones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Nuestro padre murió en el desierto. No tuvo parte en la amotinación contra Yavé, con los partidarios de Coré, sino que murió como todos por su pecado, y no dejó hijos varones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Nuestro padre murió en el desierto, pero él no estuvo entre la comunidad de los que se agitaron contra YHVH, en el grupo de Coré, sino que murió por su propio pecado, y no tuvo hijos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Nuestro padre murió en el desierto, y no formó parte de la facción de aquellos que se rebelaron contra Yahveh en la conjura de Coré, sino que murió por su pecado y sin dejar hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nuestro padre murió en el desierto, el cual no estuvo en la junta que se reunió contra Jehová en la compañía de Coré: sino que en su pecado murió, y no tuvo hijos.

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Números 27:3
16 Tagairtí Cros  

Sépanlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá.


Yo, el Señor, juro que trataré así a esa comunidad perversa que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán.


También Córaj reunió a sus secuaces a la entrada de la tienda del encuentro. La gloria del Señor se mostró a todos los reunidos,


Los muertos fueron catorce mil setecientos, sin contar los muertos en el motín de Córaj.


Salfajad, hijo de Jéfer, no tuvo hijos varones, sino solamente hijas, que se llamaban Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá.


y se presentaron a Moisés, a Eleazar, a los jefes y a la comunidad entera a la entrada de la tienda del encuentro, y declararon:


Porque no haya dejado hijos no va a borrarse el nombre de nuestro padre dentro de su clan. Danos a nosotras una propiedad entre los hermanos de nuestro padre.


Les dijo de nuevo: Yo me marcho; me buscarán, pero su pecado les llevará a la muerte. Adonde yo me marcho, ustedes no son capaces de venir.


Por eso les he dicho que les llevarán a la muerte sus pecados; es decir, si no llegan a creer que yo soy lo que soy, les llevarán a la muerte sus pecados.


En consecuencia, igual que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó sin más a todos los hombres, dado que todos pecaban...


así, mientras el pecado reinaba dando muerte, la gracia reina concediendo un indulto que acaba en vida eterna, gracias a Jesús, Mesías, Señor nuestro.


Porque el pecado paga con muerte, mientras Dios regala vida eterna por medio del Mesías Jesús, Señor nuestro.