Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Zoar, era de regadío (esto era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); parecía un jardín divino, o como Egipto.
Números 24:6 - Nueva Biblia Española (1975) Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas. Biblia Nueva Traducción Viviente Se extienden ante mí como arboledas de palmeras, como jardines por la ribera. Son como altos árboles plantados por el Señor, como cedros junto a las aguas. Biblia Católica (Latinoamericana) Se estiran como valles,
como jardines a orillas de un río,
como áloes que ha plantado Yavé,
como cedros a orillas de un curso de agua. La Biblia Textual 3a Edicion Como valles que se extienden, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por YHVH, Como cedros junto a las aguas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se extienden como valles, como jardines junto a un río, como áloes que Yahveh plantó, como cedros junto a las aguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como los valles están extendidas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas. |
Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Zoar, era de regadío (esto era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); parecía un jardín divino, o como Egipto.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; cuanto emprende tiene buen fin.
Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plantó.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos, y en la sala de los marfiles te festejan las arpas.
Bajé a mi nogueral a examinar los brotes de la vega, a ver si las vides florecían, a ver si ya se abrían los botones de los granados;
pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y alerces.
El Señor te guiará siempre, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña,
fracasen mis perseguidores y no yo, sientan terror ellos y no yo, haz que les llegue el día funesto, quebrántalos con doble quebranto.
y vendrán entre aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor: trigo y vino y aceite, y rebaños de vacas y ovejas; serán como huerto regado, no volverán a desfallecer,
A la vera del río, en sus dos riberas, crecerá toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.
Aquel día los montes manarán licor, los collados se desharán en leche, las cañadas de Judá irán llenas de agua; brotará un manantial en el templo del Señor que engrosará el Torrente de las Acacias.