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Mateo 2:4 - Nueva Biblia Española (1975)

convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías.

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Biblia Reina Valera 1960

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó: —¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntaba dónde había de nacer el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y convocando a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les estuvo preguntando dónde había de nacer el Cristo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y habiendo reunido a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo;

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Mateo 2:4
30 Tagairtí Cros  

acompañaban a Tos acarreadores y dirigían a todos los obreros, cualquiera que fuera su tarea. Otros levitas eran secretarios, inspectores y porteros.


Entonces Jelcías dijo al cronista Safan: He encontrado en el templo el libro de la Ley. Y se lo entregó a Safan.


También las autoridades de Judá, los sacerdotes y el pueblo obraron inicuamente, imitando las abominaciones de los paganos y profanando el templo que el Señor había consagrado en Jerusalén.


Esdras se puso en pie e hizo jurar a los príncipes de los sacerdotes, a los levitas y a todo Israel que actuarían de esa forma. Ellos lo juraron,


subió de Babilonia. Era un letrado experto en la Ley que dio el Señor, Dios de Israel, por medio de Moisés. El rey le concedió todo lo que pedía porque el Señor, su Dios, estaba con él,


Salú, Amoc, Jelcías, Yedayas. Eran los jefes de los sacerdotes y de sus parientes en tiempos de Josué.


Se alían los reyes del mundo, los príncipes conspiran contra el Señor y su Mesías:


¿Por qué dicen: Somos sabios, tenemos la Ley del Señor? Si la ha falsificado la pluma falsa de los escribanos.


Labios sacerdotales han de guardar el saber y en su boca se busca la doctrina, porque es mensajero del Señor de los ejércitos.


El les dijo: De modo que todo letrado que entiende del reinado de Dios se parece al dueño de la casa que saca de su arcón cosas nuevas y antiguas.


Al enterarse el rey Heredes se intranquilizó, y con él Jerusalén entera;


Ellos le contestaron: En Belén de Judea, así quedó escrito por medio del profeta:


Los sumos sacerdotes y los letrados, al ver los milagros que había hecho y a los niños que gritaban en el templo 'viva el Hijo de David',


Llegó al templo, y mientras enseñaba, los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo se le acercaron preguntándole: ¿Con qué autoridad actúas así?, ¿quién te ha dado esa autoridad?


Los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo se reunieron por entonces en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifas,


Aún estaba él hablando cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente con machetes y palos, mandada por los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo.


Al amanecer todos los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo hicieron un plan para condenar a muerte a Jesús


'porque les enseñaba con autoridad, no como sus letrados.


Y empezó a instruirlos: Este hombre tiene que padecer mucho: tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.


Los letrados y los sumos sacerdotes, dándose cuenta de que la parábola iba por ellos, intentaron echarle mano en aquel mismo momento, pero tuvieron miedo del pueblo.


Le hizo numerosas preguntas, pero Jesús no le contestó palabra.


Así, el tal Judas, cogiendo el batallón y, además, guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, fue allí con faroles, antorchas y armas.


Repuso Jesús: Y tú, siendo el maestro de Israel, ¿no conoces estas cosas?


Oyeron los fariseos estos cuchicheos de la gente y, entonces, los sumos sacerdotes y los fariseos mandaron guardias a prenderlo.


Los letrados y fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en medio


Se armó un griterío enorme, y algunos letrados del partido fariseo se pusieron en pie protestando enérgicamente: No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?


Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los senadores y los letrados,


Alborotaron al pueblo, a los senadores y a los letrados, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Consejo,