diciéndoles: Si obedecen al Señor, su Dios, haciendo lo que él aprueba, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no les enviaré las enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que té cura.
Lucas 8:44 - Nueva Biblia Española (1975) se acercó por detrás y le tocó el borde del manto; en el acto se le cortaron las hemorragias. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Biblia Nueva Traducción Viviente Acercándose a Jesús por detrás, le tocó el fleco de la túnica. Al instante, la hemorragia se detuvo. Biblia Católica (Latinoamericana) se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. Al instante se le detuvo el derrame. La Biblia Textual 3a Edicion acercándose por detrás, se agarró del borde de su manto; y al instante el flujo de su sangre se detuvo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 acercándose por detrás, le tocó el borde del manto, e inmediatamente cesó su flujo de sangre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) vino por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se estancó el flujo de su sangre. |
diciéndoles: Si obedecen al Señor, su Dios, haciendo lo que él aprueba, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no les enviaré las enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Señor, que té cura.
Pero a los que respetan mi nombre los alumbrará el sol de la justicia que cura con sus alas. Saldrán saltando como terneros del establo,
Jesús sintió lástima y les tocó los ojos; al momento recobraron la vista y lo siguieron.
Extendió la mano y lo tocó diciendo: ¡Quiero, queda limpio! Y en seguida quedó limpio de la lepra.
En esto una mujer que sufría de hemorragias desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto,
Donde llegaba, fueran aldeas, pueblos o ranchos, colocaban a los enfermos en la calle y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban obtenían la salud.
Y le aplicó las manos. En el acto se puso derecha y empezó a alabar a Dios.
se colocó detrás de él junto a sus pies, llorando, y empezó a regarle los pies con sus lágrimas; se los secaba con el pelo, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había malgastado toda su fortuna en médicos sin que ninguno pudiera curarla,
Jesús preguntó: ¿Quién me ha tocado? Mientras todos decían que ellos no, le replicó Pedro: Pero, Maestro, si la gente te aprieta y te oprime.
El que había sido curado no sabía quién era» pues, como había mucha gente en el lugar, Jesús se había escabullido.
hasta el punto que bastaba aplicar a los enfermos pañuelos o prendas que él llevaba encima, para ahuyentar las enfermedades y expulsar los espíritus malos.
hasta el punto de sacar a los enfermos a la calle y ponerlos en catres y camillas, para que al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno.