Dile: 'Así dice el Señor: ¿Has asesinado, y encima robas?'. Por eso: 'Así dice el Señor: En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre'.
Jueces 1:7 - Nueva Biblia Española (1975) Adonisedec comentó: Setenta reyes, amputados los pulgares de manos y pies, recogían las migajas que caían de mi mesa. Dios me paga mi merecido. Lo llevaron a Jerusalén y allí murió. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde murió. Biblia Nueva Traducción Viviente Adoni-bezec dijo: «Una vez yo tuve setenta reyes sin los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, comiendo migajas debajo de mi mesa. Ahora Dios me devolvió lo que les hice». Y se lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Biblia Católica (Latinoamericana) Adoni-Besec dijo entonces: 'Setenta reyes, con los pulgares de las manos y de los pies cortados, recogían las migas debajo de mi mesa, hoy Dios me devuelve lo que hice'. Lo llevaron a Jerusalén y allí murió. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Adoni-bezec dijo: ¡Setenta reyes, a quienes hice cortar los pulgares de sus manos y pies, recogían migajas debajo de mi mesa! ¡Como hice yo, así me ha hecho ’Elohim! Y lo llevaron a Jerusalem, y allí murió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Exclamó entonces Adoni Bézec: 'Setenta reyes, a quienes se les amputaron los pulgares de manos y pies, recogían migajas bajo mi mesa. Dios me paga mi merecido'. Le llevaron a Jerusalén y allí murió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le metieron en Jerusalén, donde murió. |
Dile: 'Así dice el Señor: ¿Has asesinado, y encima robas?'. Por eso: 'Así dice el Señor: En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre'.
Degollarás el carnero, y tomando sangre, untarás con ella el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos y los pulgares de sus manos y pies derechos. Luego con la sangre rociarás el altar por todos los lados.
cuando acabes de devastar, te devastarán a ti, cuando termines de saquear te saquearán a ti.
entonces yo mismo trataré con tus opresores, salvaré a los inválidos, reuniré a los dispersos, les daré fama y renombre en la tierra donde ahora los desprecian.
y muestran que llevan escrito dentro el contenido de la Ley cuando la conciencia aporta su testimonio y dialogan sus pensamientos condenando o aprobando.
El que está destinado al cautiverio, al cautiverio va. Al que tenia que morir a espada, a espada lo mataron'. ¡Aquí de la perseverancia y la fe de los consagrados!
a los que derramaron sangre de consagrados y profetas les diste a beber sangre. Se lo merecen.
Adonisedec logró escapar, pero lo persiguieron, lo apresaron y le cortaron los pulgares de manos y pies.
Así, el asesinato de los setenta hijos de Yerubaal, la sangre de sus hermanos, recayó sobre Abimelec, que los había asesinado, y sobre los de Siquén, cómplices en el asesinato.
Y todo el mal que hicieron los de Siquén Dios lo hizo recaer sobre ellos. Sobre ellos cayó la maldición de Yotán, hijo de Yerubaal.
Samuel le dijo: Tu espada dejó a muchas madres sin hijos; entre todas quedará sin hijos tu madre. Y lo descuartizó en Guilgal, en presencia del Señor.