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Jueces 9:24 - Nueva Biblia Española (1975)

24 Así, el asesinato de los setenta hijos de Yerubaal, la sangre de sus hermanos, recayó sobre Abimelec, que los había asesinado, y sobre los de Siquén, cómplices en el asesinato.

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Biblia Reina Valera 1960

24 para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que los mató, y sobre los hombres de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Dios estaba castigando a Abimelec por haber asesinado a los setenta hijos de Gedeón, y a los ciudadanos de Siquem por apoyarlo en esa traición de asesinar a sus hermanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Así fue como iba a ser vengado el crimen cometido con los setenta hijos de Jerubaal; su sangre recayó sobre Abimelec, su hermano, que los había asesinado y sobre la gente de Siquem que lo había ayudado a matar a sus hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 devolviendo así la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y haciendo recaer su sangre sobre Abimelec su hermano, que los había asesinado, y sobre los señores de Siquem, quienes habían fortalecido las manos de aquél para que asesinara a sus hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Se devolvía así la violencia hecha a los setenta hijos de Yerubaal y se hacía recaer la sangre de éstos sobre Abimélec, su hermano, que los había asesinado, y sobre los principales de Siquén, que le habían ayudado a matar a sus hermanos.

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Jueces 9:24
12 Tagairtí Cros  

¡Que el Señor haga recaer su sangre sobre su cabeza por haber matado a dos hombres más honrados y mejores que él, asesinándolos sin que lo supiera mi padre, David: Abner, hijo de Ner, general israelita, y Amasa, hijo de Yéter, general judío!


¡Que la sangre de estos hombres caiga sobre Joab y su descendencia para siempre! ¡Y que la paz del Señor esté siempre con David, con sus descendientes, su casa y su trono!


pero cuando Ester se presentó al rey, el rey escribió un documento volviendo contra Aman el plan perverso que había tramado contra los judíos, y lo colgaron en la horca, a él y a sus hijos.


Cavó y ahondó una fosa, caiga en la fosa que hizo;


recaiga sobre él su maldad, su crueldad se vuelva contra él.


No profanarán la tierra en que viven: con la sangre se profana la tierra, y por la sangre derramada en tierra no hay más expiación que la sangre del que la derramó.


¡Maldito quien se deje sobornar para matar a un inocente!, y el pueblo a una responderá: ¡Amén!


Adonisedec comentó: Setenta reyes, amputados los pulgares de manos y pies, recogían las migajas que caían de mi mesa. Dios me paga mi merecido. Lo llevaron a Jerusalén y allí murió.


Los de Siquén le pusieron emboscadas en los puertos de la sierra y despojaban a los caminantes que pasaban por allí. Abimelec se enteró.


Samuel le dijo: Tu espada dejó a muchas madres sin hijos; entre todas quedará sin hijos tu madre. Y lo descuartizó en Guilgal, en presencia del Señor.


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