El continuó por el desierto una jornada de camino y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: ¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!
Jonás 4:3 - Nueva Biblia Española (1975) Pues bien, Señor, quítame la vida; más vale morir que vivir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Quítame la vida ahora, Señor! Prefiero estar muerto y no vivo si lo que yo predije no sucederá. Biblia Católica (Latinoamericana) Oh Yavé, te ruego que tomes mi vida, pues ahora es mejor para mí morir que vivir. La Biblia Textual 3a Edicion Ahora pues, oh YHVH, te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ahora, ¡oh Yahveh! quítame la vida; porque me es mejor la muerte que la vida'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. |
El continuó por el desierto una jornada de camino y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: ¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!
Más vale buena fama que buen perfume y el día de la muerte que el del nacimiento.
No te dejes arrebatar por la cólera, porque la cólera se aloja en el pecho del necio.
La muerte será preferible a la vida para todo el resto, para los supervivientes de esta raza perversa, en todos los lugares por donde los dispersé -oráculo del Señor- de los ejércitos-.
Y cuando el sol apretaba, envió Dios un viento solano bochornoso; el sol abrasaba la cabeza de Jonás y lo hacía desfallecer. Jonás se deseó la muerte y dijo: Más vale morir que vivir.
Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas.
El pueblo se encaró con Moisés, diciendo: ¡Ojala hubiéramos muerto como nuestros hermanos, delante del Señor!
Porque el hecho de predicar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo, ése es mi destino, ¡pobre de mí si no lo anunciara!