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Jeremías 3:1 - Nueva Biblia Española (1975)

Si un hombre repudia a su mujer, ella se separa y se casa con otro, ¿volverá él a ella?, ¿no está esa mujer infamada? Pues tú has fornicado con muchos amantes, ¿podrás volver a mí? -oráculo del Señor- .

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Biblia Reina Valera 1960

Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose esta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Si un hombre se divorcia de su esposa, y ella se casa con otro, él nunca la recibirá de nuevo, porque eso sin duda corrompería la tierra. Pero tú te has prostituido con muchos amantes, entonces, ¿por qué tratas de volver a mí? —dice el Señor—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si un hombre despide a su esposa y ella, alejándose de él, pasa a ser esposa de otro, ¿podrá volver a él de nuevo? ¿No sería un escándalo para todo el país? Pues bien, tú has andado con muchos amantes ¿y pretendes volver a mí?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Suele decirse: Si un hombre repudia a su mujer, y ella se va de él y llega a ser de otro hombre, ¿Volverá él de nuevo a ella? ¿No quedará esa tierra del todo mancillada? Y tú, que has fornicado con muchos amantes, ¿Volverás a mí?, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si un hombre repudia a su mujer y ella se aparta de su lado y viene a ser de otro hombre, ¿volverá aquél a ella otra vez? ¿No quedará totalmente profanado aquel país? Y tú, que has fornicado con tantos amantes, ¿vas a volver a mí? -oráculo de Yahveh-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Dicen: Si un hombre deja a su esposa, y ella se va de él, y se junta a otro hombre, ¿volverá él a ella? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Pero tú te has prostituido con muchos amantes; mas vuélvete a mí, dice Jehová

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Jeremías 3:1
34 Tagairtí Cros  

derramaron sangre inocente y profanaron la tierra ensangrentándola;


la tierra empecatada bajo sus habitantes, que violaron la ley, trastocaron el decreto, rompieron el pacto perpetuo.


Desde antiguo has roto el yugo y hecho saltar las correas diciendo: No quiero servir; en cualquier colina alta, bajo cualquier árbol frondoso, te acostabas y te prostituías.


¿Cómo te atreves a decir: No me he contaminado, no he seguido a los ídolos? Mira en el valle tu camino y reconoce lo que has hecho, camella liviana de extraviados caminos,


Yo les conduje a un país de huertos, para que comieran sus frutos sabrosos; pero entraron y contaminaron mi tierra, hicieron abominable mi heredad.


Sube al Líbano y grita, alza la voz en Basan, grita desde Abarín, porque están deshechos tus amantes.


Vuelvan, hijos apóstatas, y los curaré de su apostasía. Aquí estamos, hemos venido a ti, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.


Y así, con su fácil prostituirse, infamó el país, porque cometió adulterio con la piedra y el leño.


¿hasta cuándo estarás indecisa, muchacha esquiva?, que el Señor crea de nuevo en el país, y la hembra abrazará al varón.


Si quieres volver, Israel, vuelve a mí -oráculo del Señor- ; si apartas de mí tus execraciones, no irás errante;


Jerusalén, lava tu corazón de maldades, para salvarte, ¿hasta cuándo anidarán en tu pecho planes criminales?


Pasa la noche llorando, le corren las lágrimas por las mejillas. No hay nadie entre sus amantes que la consuele; todos sus aliados la han traicionado, se han vuelto sus enemigos.


Fornicaste con los egipcios, tus vecinos, de grandes miembros, y a fuerza de prostituirte, me encolerizaste.


¡Cómo me enfurecí contra ti -oráculo del Señor- cuando hacías todo eso, lo que hace una ramera empedernida!


Por eso, prostituta, escucha la palabra del Señor.


Pues diles: Por mi vida -oráculo del Señor- , juro que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva. ¡Conviértanse, cambien de conducta, malvados, y no morirán, casa de Israel!


Comienzan las palabras del Señor a Oseas: Dijo el Señor a Oseas: Anda, toma una mujer prostituta y ten hijos bastardos, porque el país está prostituido, alejado del Señor.


Pleiteen con su madre, pleiteen que ella no es mi mujer ni yo soy su marido, para que se quite de la cara sus fornicaciones y sus adulterios de entre los pechos;


Pues ¡arriba, márchense!, que no es sitio de reposo, porque está contaminado, está hipotecado y exigen la hipoteca'.


Ahora diles: Así dice el Señor de los ejércitos: Vuelvan a mí -oráculo del Señor- de los ejércítos y yo volveré a ustedes -dice el Señor de los ejércitos-.


Se mandó también: 'El que despida a su mujer, que le dé acta de divorcio'


sacarán a la joven a la puerta de la casa paterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido en Israel la infamia de prostituir la casa de su padre. Así extirparás la maldad de ti.


Ella le fue infiel y se marchó a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allí cuatro meses.