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Jeremías 2:7 - Nueva Biblia Española (1975)

7 Yo les conduje a un país de huertos, para que comieran sus frutos sabrosos; pero entraron y contaminaron mi tierra, hicieron abominable mi heredad.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Cuando los traje a una tierra fértil para que disfrutaran de sus bienes y de su abundancia, contaminaron mi tierra y corrompieron la posesión que les había prometido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos. Pero apenas llegaron a mi país, lo profanaron, y mancharon mi herencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y os introduje a una tierra fértil,° Para que comierais sus frutos y delicias, Pero entrasteis y contaminasteis mi tierra Y convertisteis mi heredad en abominación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Yo os llevé a un país que es un vergel, para que comierais de lo mejor de su fruto; pero llegasteis y manchasteis mi tierra, hicisteis abominable mi heredad.

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Jeremías 2:7
28 Tagairtí Cros  

Conquistaron fortalezas y una tierra fértil; poseyeron casas rebosantes de riquezas, pozos excavados, viñas y olivares, y abundantes árboles frutales; comieron hasta hartarse y engordaron y disfrutaron de tus dones generosos.


Pero, indóciles, se rebelaron contra ti, se echaron tu Ley a las espaldas y asesinaron a tus profetas, que los amonestaban a volver a ti, cometiendo gravísimas ofensas.


porque el Señor de los ejércitos lo bendice diciendo: '¡Bendito mi pueblo, Egipto, y la obra de mis manos, Asiría, y mi heredad, Israel!'.


Les pagaré el doble por sus culpas y pecados, porque profanaron mi tierra con la carroña de sus execraciones y con sus abominaciones llenaron mí heredad.


Si un hombre repudia a su mujer, ella se separa y se casa con otro, ¿volverá él a ella?, ¿no está esa mujer infamada? Pues tú has fornicado con muchos amantes, ¿podrás volver a mí? -oráculo del Señor- .


Levanta la vista a las dunas y mira: ¿dónde no has hecho el amor? Como un nómada en el desierto te sentabas en los caminos, a su disposición, y profanaste la tierra con tus infames fornicaciones.


Y así, con su fácil prostituirse, infamó el país, porque cometió adulterio con la piedra y el leño.


y entraron a poseerla. Pero ellos no te obedecieron, no procedieron según tu Ley, no hicieron lo que les habías mandado hacer; por eso les enviaste' todas estas desgracias.


Porque israelitas y judíos hacen lo que yo repruebo desde su juventud; los israelitas me irritan con las obras de sus manos -oráculo del Señor- .


por no haber cumplido mis mandamientos, por haber rechazado mis preceptos y haber profanado mis sábados, por habérseles ido los ojos tras los ídolos de sus padres.


Cuando los introduje en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, al ver un collado alto, al ver un árbol copudo, allí hacían sus sacrificios, allí depositaban su irritante ofrenda, allí ponían sus oblaciones de aroma que aplaca, allí vertían sus libaciones.


Aquel día les juré con la mano en alto sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra que yo mismo les había explorado: manaba leche y miel, era la perla de las naciones.


Por tanto, así dice el Señor: Por haberte olvidado de mí y haberme vuelto las espaldas, carga también tú con tu infamia y tus fornicaciones.


Hijo de Adán, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminó con su conducta y con sus malas obras; para mí su proceder fue como sangre inmunda.


No habitarán en la tierra del Señor, Efraín volverá a Egipto, en Asiria comerán manjar impuro.


Pues ¡arriba, márchense!, que no es sitio de reposo, porque está contaminado, está hipotecado y exigen la hipoteca'.


Y les contaron: Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tienen sus frutos.


su cadáver no quedará en el árbol de noche; lo enterrarás aquel mismo día, porque Dios maldice al que cuelga de un árbol, y no debes contaminar la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en heredad.


la porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue el lote de su heredad.


Harás lo que el Señor, tu Dios, aprueba y da por bueno; así, te irá bien, entrarás y tomarás posesión de esa tierra buena que prometió el Señor a tus padres,


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