Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Génesis 2:21 - Nueva Biblia Española (1975)

Entonces el Señor Dios echó sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y creció carne desde dentro.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el Señor Dios le sacó una de sus costillas y cerró la abertura.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con carne.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces YHVH ’Elohim hizo caer al hombre en un profundo adormecimiento, y se durmió. Luego tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces Yahveh-Dios hizo caer sobre el hombre un sopor profundo y el hombre se durmió. Le quitó una de sus costillas, y puso carne en su lugar.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán, y se quedó dormido; entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar;

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Génesis 2:21
7 Tagairtí Cros  

Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.


en sueños o visiones nocturnas, cuando el letargo cae sobre el hombre que está durmiendo en su cama,


en una visión de pesadilla, cuando el letargo cae sobre el hombre,


La pereza desploma en el sueño, el holgazán pasará hambre.


Mientras él hablaba, seguí de bruces, aletargado: él me tocó y me puso en pie.


Porque no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre;


David tomó la lanza y el jarro de la cabecera de Saúl y se marcharon. Nadie los vio, ni se enteró, ni despertó; estaban todos dormidos, porque los había invadido un letargo enviado por el Señor.