Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las, vestiduras, exclamando: ¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue dé librar a un hombre de su enfermedad? Fíjense bien y verán cómo está buscando un pretexto contra mí.
Éxodo 4:8 - Nueva Biblia Española (1975) Si no te creen ni te hacen caso al primer signo, te creerán al segundo, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Biblia Católica (Latinoamericana) Si no te creen -le dijo Yavé- y no los convence el primer prodigio, te creerán con el segundo. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucederá que si no te creen, ni obedecen la advertencia de la primera señal, creerán la advertencia de la última señal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Así, pues, si no te creen y no te escuchan en virtud del primer prodigio, se convencerán por el segundo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si aconteciere, que no te creyeren, ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. |
Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las, vestiduras, exclamando: ¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue dé librar a un hombre de su enfermedad? Fíjense bien y verán cómo está buscando un pretexto contra mí.
Moisés contó a Aarón todas las cosas que el Señor le había encomendado y los signos que le había mandado hacer.
Le dijo: Métela otra vez en el seno. La metió, y al sacarla estaba normal, como de carne.
Y si no te creen ni hacen caso a ninguno de los dos, toma agua del Nilo, derrámala en tierra, y el agua que hayas sacado del Nilo se convertirá en sangre.
Dice: 'ce con ce, ce con ce, pe con pe, pe con pe, chico aquí, chico allí'.
A pesar de tantas señales como llevaba realizadas delante de ellos, se negaban a darle su adhesión;
Pero ahora miren: yo soy yo, y no hay otro fuera de mi; yo doy la muerte y la vida, yo desgarro y yo curo, y no hay quien libre de mi mano.
Gedeón insistió: Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú quien habla conmigo.