Yo había pensado contarte entre mis hijos, darte una tierra envidiable, la perla de las naciones en heredad, esperando que me llamaras 'padre mío' y no te apartaras de mí;
Efesios 1:5 - Nueva Biblia Española (1975) destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Biblia Nueva Traducción Viviente Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. Biblia Católica (Latinoamericana) nos destinó de antemano
para ser hijos suyos en Jesucristo
y por medio de él.
Así lo quiso y le pareció bien La Biblia Textual 3a Edicion habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías, según la complacencia de su voluntad, Biblia Serafín de Ausejo 1975 nos había predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, Biblia Reina Valera Gómez (2023) habiéndonos predestinado para la adopción de hijos por Jesucristo para sí, según el beneplácito de su voluntad, |
Yo había pensado contarte entre mis hijos, darte una tierra envidiable, la perla de las naciones en heredad, esperando que me llamaras 'padre mío' y no te apartaras de mí;
no cuentan los que habitan la tierra, y trata como quiere al ejército del cielo; nadie puede atentar contra él ni exigirle cuentas de lo que hace'.
El número de los israelitas llegará a ser como la arena de la playa, que ni se mide ni se cuenta, y en lugar de llamarlos Nopueblomío, los llamarán Hijos de Dios vivo.
sin haber tenido relación con él, María dio a luz un hijo, y él le puso de nombre Jesús.
En aquel momento, con la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque si has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
Los habitantes de Nínive se alzarán a confrontarse con esa clase de hombres y los condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y hay más que Jonás aquí.
Tranquilícense, rebaño pequeño, que es decisión de su Padre reinar de hecho sobre ustedes.
En cambio, a cuantos la recibieron, los hizo capaces de hacerse hijos de Dios; son los que prestan adhesión a su persona.
y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios dispersos.
Le dijo Jesús: Suéltame, que aún no he subido con el Padre para quedarme. En cambio, ve a decirles a mis hermanos: 'Estoy subiendo a mi Padre que es vuestro Padre, que es mi Dios y vuestro Dios'.
Cuando los paganos oyeron esto, se alegraron mucho y ponderaban aquellas palabras del Señor; y cuantos estaban destinados a obtener vida eterna creyeron.
Más aún: incluso nosotros, que poseemos el Espíritu como primicia, gemimos en lo íntimo a la espera, de la plena condición de hijos, del rescate de nuestro ser,
Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio y llamamiento de Dios, y Sostenes, nuestro hermano,
Miren, cuando Dios mostró su saber, el mundo no reconoció a Dios a través del saber; por eso Dios tuvo a bien salvar a los que creen con esa locura que predicamos.
Seré un padre para ustedes y ustedes para mí hijos e hijas, dice el Señor soberano de todo'.
Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio),
revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía para llevar la historia a su plenitud:
porque es Dios quien activa en ustedes ese querer y ese actuar que sobrepasan la buena voluntad.
Teniendo esto presente, pedimos continuamente a nuestro Dios que los ponga a la altura de su vocación y con su poder dé, plena realidad a todo buen propósito y actividad de la fe;
mientras Dios añadía su testimonio con portentosas señales, con varios milagros y distribuyendo dones del Espíritu Santo según su voluntad.
Miren qué magnífico regalo nos ha hecho el Padre: que nos llamemos hijos de Dios; y además lo somos. La razón de que el mundo no nos reconozca es que no ha reconocido a Dios.
Quien salga vencedor heredará esto, porque yo seré su Dios y él será mi hijo.