Izará una enseña ante las naciones para reunir a los israelitas desterrados y congregar a los judíos dispersos de los cuatro extremos del orbe.
Apocalipsis 7:1 - Nueva Biblia Española (1975) Después de esto vi cuatro ángeles, plantado cada uno en un ángulo de la tierra; retenían a los cuatro vientos de la tierra para que ningún viento soplara sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre los árboles. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Biblia Nueva Traducción Viviente Después vi a cuatro ángeles que estaban de pie en las cuatro esquinas de la tierra. Sujetaban los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. Biblia Católica (Latinoamericana) después de esto vi cuatro ángeles de pie en las cuatro esquinas de la tierra, que sujetaban a los cuatro vientos de la tierra para que no soplaran sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre los árboles. La Biblia Textual 3a Edicion Después de esto, vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos° de la tierra, para que no soplara viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro confines de la tierra, que retenían los cuatro vientos de la tierra para que no soplara viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de estas cosas vi cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. |
Izará una enseña ante las naciones para reunir a los israelitas desterrados y congregar a los judíos dispersos de los cuatro extremos del orbe.
Yo, el Señor, soy su guardián, la riego con frecuencia, para que no le falte su hoja, noche y día la guardo.
Lo castigas espantándolo, expulsándolo, arrollándolo con viento impetuoso en día de solano.
conduciré contra Elam los cuatro vientos desde los cuatro puntos cardinales; los dispersaré a todos los vientos, y no habrá nación adonde no lleguen prófugos de Elam.
Entonces me dijo: Conjura al aliento, conjura, hijo de Adán, diciéndole al aliento: Esto dice el Señor: Ven, aliento, desde los cuatro vientos y sopla en estos cadáveres para que revivan.
Tú, hijo de Adán, di: Esto dice el Señor a la tierra de Israel: ¡El fin, llega el fin desde los cuatro extremos del orbe!
Cuando se afirme, su reino será dividido hacia los cuatro puntos cardinales. No lo heredarán sus descendientes, ni será tan poderoso; su reino pasará a manos ajenas.
Entonces el macho cabrío hizo alarde de su poder. Pero, al crecer su poderío, se le rompió el cuerno grande y le salieron en su lugar otros cuatro orientados hacia los cuatro puntos cardinales.
Pero el Señor envió un viento impetuoso sobre el mar, se alzó una furiosa tormenta en el mar y la nave estaba a punto de naufragar.
Alcé la vista de nuevo y vi. aparecer cuatro carros entre dos montañas; las montañas eran de bronce.
El ángel me respondió: Están al servicio del Dueño de todo el mundo y salen a los cuatro vientos.
y enviará a sus ángeles con trompetas sonoras y reunirán a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte'.
y enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Saldrá él para engañar a las naciones de los cuatro lados de la tierra, a Gog y Magog, y reclutarlos para la guerra, incontables como las arenas del mar.
Me pareció oír una voz que salía de entre los cuatro vivientes y que decía: 'Un cuartillo de trigo, una moneda de plata; tres cuartillos de cebada, una moneda de plata; al aceite y al vino, no los dañes'.
'No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente con el sello a los siervos de nuestro Dios'.
Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y toda la hierba verde se abrasó.
Le decía al sexto ángel, al que tenía la trompeta: 'Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río, el Eufrates'.
Se les ordenó que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino sólo a los hombres que no llevan la marca de Dios en la frente.