Cantares 7 - Biblia Nacar-Colunga1 Coro. ¡Torna, torna, Sulamita; torna, torna, que te contemplemos! Esposo. ¿Qué queréis contemplar en la Sulamita, danzando a doble coro?' 2 Coro. ¡Qué bellos son tus pies con las sandalias, hija de príncipe! El contorno de tus caderas es una joya, obra de manos de orfebre. 3 Tu ombligo es un ánfora en que no falta el vino; tu vientre, acervo de trigo rodeado de azucenas.' 4 Tus senos, dos cervatillos, mellizos de gacela. 5 Tu cuello, torre de marfil; tus ojos, dos piscinas de Hesebóii, junto a la puerta de Bat-Rabin. Tu nariz, como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco.' 6 Tu cabeza, como el Carmelo; la cabellera de tu cabeza es como púrpura real, entretejida en trenzas. Esposo.' 7 ¡Qué hermosa eres, qué encantadora, qué amada, hija deliciosa! 8 Esbelto es tu talle como la palmera, y son tus senos sus racimos. 9 Yo me dije: Voy a subir a la palmera, a coger sus racimos; sean tus pechos racimos para mí. El perfume de tu aliento es como el de las manzanas.' 10 Tu palabra es vino generoso a mi paladar, que se desliza suavemente entre labios y dientes. 11 Esposa. Yo soy para mi amado, y a mí tienden sus anhelos. 12 Ven, amado mío, y salgamos al campo, haremos noche en las aldeas;' 13 madrugaremos para ir a las viñas; veremos si brota ya la vid, si se entreabren las flores, si florecen los granados, y allí te daré mis amores.' |
Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©