Manténganse en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como cristianos.
¡Que el Señor te bendiga y te proteja!
¡Que el Señor te mire con benevolencia y tenga misericordia de ti!
¡Que el Señor te mire favorablemente y te colme de paz!
Cada vez que los recuerdo, doy gracias a mi Dios,
pues están librando el mismo combate en el que me vieron empeñado y que, como ahora oyen, sigo sosteniendo.
y cuando ruego por ustedes, lo hago siempre lleno de alegría.
Tú creaste mis entrañas, en el seno de mi madre me tejiste.
Te alabo, pues me asombran tus portentos, son tus obras prodigiosas: lo sé bien.
Doy gracias sin cesar a mi Dios por ustedes ya que les ha otorgado su gracia mediante Jesucristo
Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz.
que a ustedes los ha injertado en Cristo Jesús, convertido para nosotros en sabiduría divina, en poder salvador, santificador y liberador.
Así que, como dice la Escritura, si de algo hay que presumir, que sea de lo que ha hecho el Señor.
Doy gracias sin cesar a mi Dios por ustedes ya que les ha otorgado su gracia mediante Jesucristo
Estamos seguros, además, de que todo colabora al bien de los que aman a Dios, de los que han sido elegidos conforme a su designio.
Querido Gayo: es mi deseo que goces de buena salud y vayan bien todos tus asuntos, como te va bien en lo que toca al espíritu.
—Antes de formarte yo en el vientre, ya te conocía; antes de que salieras de las entrañas maternas, te consagré profeta y te destiné a las naciones.
Yo conozco mis designios sobre ustedes —oráculo del Señor—. Son designios de bienestar, no de desgracia, pues les ofrezco un futuro y una esperanza.
Y ahora, así dice el Señor, el que te ha creado, Jacob, el que te ha formado, Israel: No temas, que te he rescatado, te llamo por tu nombre y eres mío.
Ustedes son mis testigos —oráculo del Señor—, mi siervo, a quien he elegido, para que comprendan y crean en mí, para que entiendan que yo soy. Antes de mí no fue formado ningún dios, y ninguno habrá después de mí.
Yo, yo soy el Señor; no hay salvador fuera de mí.
Yo lo predije, yo salvé y lo hice saber, sin que tuvieran un dios extranjero. Y ustedes son mis testigos —oráculo del Señor—. Yo soy Dios,
desde siempre lo soy, y no hay quien libre de mi mano. ¿Quién puede cambiar lo que hago?
Así dice el Señor, el redentor de ustedes, el Santo de Israel: Por ustedes envío gente contra Babilonia y arranco los cerrojos de su prisión; la alegría de los caldeos cambia en llanto.
Yo soy el Señor, su Santo, el creador de Israel, su rey.
Así dice el Señor que abre un camino en el mar, una senda en aguas caudalosas;
que pone en acción carros y caballos, ejército y valientes a una: caen para no levantarse, se apagan, se extinguen como mecha.
No recuerden lo pasado, no piensen en lo de antes.
Pues voy a hacer algo nuevo; ya brota, ¿no lo sienten? Abriré un camino en la estepa, pondré arroyos en el desierto;
Si cruzas las aguas estoy contigo, si pasas por ríos no te hundirás; si pisas ascuas no te quemarás, la llama no te abrasará.
Hijo mío, no olvides mi enseñanza y guarda en tu memoria mis mandatos,
tus graneros se llenarán de trigo y tus bodegas rebosarán de vino.
Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor ni te disguste su reprensión,
porque el Señor reprende a quien ama, como un padre al hijo preferido.
Feliz quien encuentra sabiduría, la persona que adquiere inteligencia:
es de más valor que la plata, y más rentable que el oro;
es más valiosa que las joyas, ningún placer se le puede comparar.
Con su derecha ofrece larga vida, con su izquierda, fama y riqueza.
Sus caminos son una delicia, apacibles todas sus sendas.
Es árbol de vida para quienes la consiguen, los que la mantienen son felices.
El Señor fundó la tierra con sabiduría, fijó los cielos con inteligencia;
pues te prolongarán los días y tendrás años de vida y bienestar.
Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz la fe que ustedes tienen, para que desborden de esperanza sostenidos por la fuerza del Espíritu.
otorga el éxito a los honrados y es escudo de conductas íntegras;
protege al que se comporta rectamente y custodia el camino de sus fieles.
hasta que sean viejos seré el mismo, hasta que sean ancianos los sostendré; los he llevado y los llevaré, los sostendré y los salvaré.
Y estoy seguro de que Dios, que ha comenzado en ustedes una labor tan excelente, la llevará a feliz término en espera del día de Cristo Jesús.
El Señor acabará lo que ha hecho por mí. ¡Señor, tu amor es eterno! ¡No abandones la obra de tus manos!
que tu amor, Señor, no cesa, ni tu compasión se agota;
¡se renuevan cada día por tu gran fidelidad!
Qué bueno es alabar al Señor, elogiar, oh Altísimo, tu nombre,
Pero tú me has dado la fuerza del búfalo, me has ungido con aceite nuevo.
Mis ojos verán caer a mis rivales, mis oídos se enterarán de quiénes son los que me atacan.
El justo florecerá cual palmera, crecerá como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor, brotará en los atrios de nuestro Dios.
Aún en la vejez darán su fruto, se mantendrán fecundos y frondosos,
para anunciar la rectitud del Señor, mi refugio, en quien no hay maldad.
pregonar tu amor durante el día, tu fidelidad durante la noche,
Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para que hagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta.
¡Vengan, cantemos con gozo al Señor, aclamemos al que es nuestro amparo salvador!
Cuarenta años rechacé a esta generación y dije: «Son un pueblo extraviado, no conocen mis caminos».
Yo juré lleno de cólera: «No entrarán en mi lugar de descanso».
¡Vayamos hacia él dándole gracias, aclamémosle con cantos!
recobran, en cambio, su fuerza, los que esperan en el Señor, alzan su vuelo como las águilas; corren pero no se cansan, andan y no se fatigan.
Cada vez que los recuerdo, doy gracias a mi Dios,
pues están librando el mismo combate en el que me vieron empeñado y que, como ahora oyen, sigo sosteniendo.
y cuando ruego por ustedes, lo hago siempre lleno de alegría.
No en vano han colaborado conmigo en la difusión del evangelio desde el primer día hasta hoy.
Y estoy seguro de que Dios, que ha comenzado en ustedes una labor tan excelente, la llevará a feliz término en espera del día de Cristo Jesús.
Confía plenamente en el Señor y no te fíes de tu inteligencia.
Cuenta con él en todos tus caminos y él dirigirá tus senderos.
No nos cansemos de hacer el bien, ya que, si no desfallecemos, a su tiempo recogeremos la cosecha.
Porque Dios, el Señor, es sol y escudo, el Señor otorga gracia y gloria; él no niega bien alguno a quien camina con rectitud.
pues eres precioso a mis ojos, muy importante, y te quiero. Entregaré tierras en tu lugar, naciones por salvar tu vida.
¡Aleluya! Feliz quien venera al Señor y se complace en sus mandatos.
El malvado mira y se enfurece, rechina sus dientes y se consume. Los planes del malvado fracasarán.
En la tierra será poderosa su estirpe, se bendecirá el linaje de los rectos.
No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.
Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace descansar, junto a aguas tranquilas me lleva.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace descansar, junto a aguas tranquilas me lleva.
El Señor me reconforta, me conduce por caminos rectos haciendo honor a su nombre.
Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron.
Una sola cosa pido al Señor, solo esto quiero: sentarme en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplar la gracia del Señor y frecuentar su Templo.