Dios es tu creador, tu protector, tu sustentador. Dios es todo poderoso, es misericordioso, es perdonador, es bueno. Podemos conocer a Dios mediante su palabra, Dios está interesado en tu vida él te ama y ha creado un hermoso plan para tu vida. Dios conoce todas las cosas aún antes de que pasen Dios ya las sabe. Dios es amor inagotable. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. (Isaías 41:13) Así es Dios siempre estará con nosotros, solo debemos acercarnos a él, Dios es el Creador y sustentador de todas las cosas, que rescata al mundo a través de su Hijo, Jesucristo.
La ley del Señor es perfecta, reconforta al ser humano; el mandato del Señor es firme, al sencillo lo hace sabio;
Dichoso quien no sigue el consejo de los malvados, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en compañía de los necios se sienta, sino que se complace en la ley del Señor sobre la que reflexiona día y noche.
Si con alguno tienen ustedes deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley.
Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él, prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas.
Díganme solamente una cosa: ¿en razón de qué recibieron ustedes el Espíritu de Dios? ¿Por cumplir la ley o por haber aceptado la fe?
No quiero hacer inútil la bondad de Dios; ahora bien, si la justificación fuera por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente.
Antes que se promulgara la ley, ya existía el pecado en el mundo, pero al no haber ley, tampoco el pecado podía ser sancionado.
Dios pronunció todas estas palabras:pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor, tu Dios. En ese día no realizarás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el inmigrante que viva en tus ciudades.Porque el Señor hizo en seis días el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y el séptimo día descansó. Por eso mismo bendijo el Señor el sábado y lo declaró día sagrado. Honra a tu padre y a tu madre para que vivas muchos años en la tierra que el Señor tu Dios te da. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás.No darás testimonio falso en perjuicio de tu prójimo.No codiciarás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo suyo.
El Señor dijo a Moisés: —Sube a encontrarte conmigo en la montaña y quédate allí, pues te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandatos que he escrito para instruir a los israelitas.
Quienes han pecado sin estar bajo la ley, perecerán sin necesidad de recurrir a la ley; y quienes hayan pecado estando bajo la ley, por ella serán juzgados.
Toda la ley se cumple, si se cumple este solo mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Entonces, ¿qué? Porque ya no estemos bajo el yugo de la ley, sino bajo la acción de la gracia, ¿habremos de pecar sin miramientos? ¡De ningún modo!
Si cumples los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos y poniendo en práctica sus estatutos, normas y preceptos, vivirás, crecerás y te bendecirá en la tierra que vas a entrar para tomar posesión de ella.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.Graba en tu corazón estas palabras que hoy te he dicho.Incúlcaselas a tus hijos; háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, cuando te acuestes y cuando te levantes;
El Libro de la Ley era leído con claridad y [los levitas] explicaban su sentido de manera que comprendieran la lectura.
A nadie, en efecto, justificará Dios por la observancia de la ley, pues la misión de la ley es hacernos conscientes del pecado.
En cuanto a la ley, únicamente sirvió para que el delito se multiplicara. Pero cuanto más se multiplicó el pecado, tanto más abundante fue la gracia.Así que, lo mismo que el pecado implantó el reinado de la muerte, ahora será la gracia la que reine por la justicia, conduciéndonos a la vida eterna por medio de Jesucristo, Señor nuestro.
Felices los de conducta intachable, los que caminan en la ley del Señor. De todo corazón te busco, no dejes que incumpla tus mandatos.Soy más sensato que los ancianos, porque guardo tus preceptos.Aparto mis pies del mal camino para así respetar tu palabra.No me desvío de tus decretos, pues tú mismo me has instruido.¡Qué dulce a mi paladar es tu palabra, en mi boca es más dulce que la miel! Gracias a tus preceptos soy sensato, por eso odio los senderos falsos.Tu palabra es antorcha de mis pasos, es la luz en mi sendero. Hice un juramento y lo mantengo: guardaré tus justos decretos.Señor, es intenso mi dolor, hazme vivir según tu promesa.Acepta, Señor, las plegarias de mi boca y enséñame tus decretos.Siempre estoy en peligro, pero no olvido tu ley.Guardo tus palabras en mi corazón para así no pecar contra ti.Los malvados me tendieron una trampa, pero yo no me aparté de tus preceptos.Mi heredad perpetua son tus mandamientos, alegría de mi corazón. He decidido cumplir tus normas, mi recompensa será eterna.Odio a los hipócritas y amo, en cambio, tu ley.Tú eres mi refugio y mi escudo, en tu palabra pongo mi esperanza.¡Aléjense de mí, malvados, que yo guardaré los mandatos de mi Dios!Protégeme según tu promesa y viviré, no defraudes mi esperanza. Socórreme y estaré a salvo, me entregaré siempre a tus normas.Desprecias a quien se aparta de tus normas, porque es mentira su astucia.Rechazas como escoria a los malvados del país y por eso yo amo tus mandatos. Bendito seas, Señor, enséñame tus normas.Mi ser se estremece ante ti, por tus decretos te venero.He seguido la justicia y el derecho, no me entregues a mis opresores.Favorece a tu siervo, que los soberbios no me humillen.Se nublan mis ojos esperando tu auxilio, tu promesa de justicia.Trata a tu siervo de acuerdo con tu amor y enséñame tus normas.Yo soy tu siervo, instrúyeme para que pueda conocer tus mandatos.Señor, ya es tiempo de actuar: tu ley ha sido violada.Por eso amo tus mandamientos y al oro más puro los prefiero;por eso encuentro justos todos tus preceptos y aborrezco los senderos falsos.Tus mandatos son admirables, por eso yo los observo.Yo proclamo con mis labios todos los decretos de tu boca.Explicar tu palabra es fuente de luz, hace que aprendan los sencillos. Abro mi boca y suspiro, porque anhelo tus mandamientos.Atiéndeme, apiádate de mí; así lo haces con quienes aman tu nombre.Afianza mis pasos con tu promesa, que no me domine mal alguno.Líbrame de la opresión del ser humano y podré respetar tus decretos. Que brille tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus normas. Vierten mis ojos ríos de agua, porque no se respeta tu ley.Señor, tú eres justo, son rectas tus decisiones. Has establecido tus mandatos con plena fidelidad y justicia.Mi celo me consume, porque olvidan mis rivales tus palabras.Al seguir tus mandatos me alegro más que en todas las riquezas.Tu promesa es genuina, por eso la ama tu siervo.Soy pequeño y despreciado, mas no olvido tus preceptos.Tu justicia es justicia perenne, tu ley es fuente de verdad.Aunque el pesar y la angustia me invadan, tus mandamientos son mi delicia.Por siempre son justos tus mandatos, hazme entenderlos y seguiré viviendo.Clamo con todo el corazón; respóndeme, Señor, y cumpliré tus normas.Yo te invoco, sálvame y observaré tus mandamientos.Antes del alba me levanto y pido auxilio, en tus palabras pongo mi esperanza. Antes de la aurora abro mis ojos, para así reflexionar en tu promesa.Escucha mi grito por tu amor; por tu justicia, Señor, dame vida.Meditaré tus preceptos y contemplaré tus sendas.Gentes infames se acercan, gentes que están lejos de tu ley.Pero tú, Señor, estás cerca, todos tus mandatos son verdad.Hace mucho que sé que tus mandatos los has establecido para siempre. Mira mi pesar y líbrame, que no he olvidado tu ley.Defiende mi causa, sálvame, dame vida según tu promesa.La salvación está lejos de los malvados, pues no les preocupan tus normas.Señor, tu misericordia es inmensa, dame vida según tu justicia.Muchos me persiguen y me acosan, pero yo no me he apartado de tus normas.He visto traidores que detesto, porque no han respetado tu promesa.Observa cómo amo tus preceptos; Señor, por tu amor, dame la vida.En tus normas me deleitaré, no he de olvidar tu palabra. Esencia de tu palabra es la verdad, son eternos tus justos decretos. Sin razón los poderosos me persiguen, pero lo único que yo respeto es tu palabra.Me alegro tanto por tu promesa como quien halla un gran botín. Odio y detesto la mentira, estoy enamorado de tu ley.Siete veces al día te alabo por tus justas decisiones.Gozan de paz quienes aman tu ley, no encuentran obstáculo alguno.Señor, tu salvación espero, cumplo tus mandamientos;yo respeto tus mandatos y los amo intensamente.Respeto tus preceptos y mandatos, eres testigo de toda mi conducta.Señor, que mi grito llegue hasta ti, hazme entender según tu palabra.Favorece a tu siervo: viviré y respetaré tu palabra.Atiende, Señor, mi súplica; sálvame tú según tu promesa.Que mis labios proclamen tu alabanza, porque tú me enseñas tus normas.Que mi lengua pregone tu promesa, pues todos tus mandatos son justos. Que tu mano venga en mi ayuda, porque yo escogí tus preceptos.Anhelo, Señor, tu salvación, tu ley constituye mi delicia.Que yo viva para alabarte, que tus preceptos me ayuden.Ando errante como oveja descarriada; ven a buscar a tu siervo, que no olvido tus mandatos.Abre mis ojos para que vea las maravillas de tu ley.Soy extranjero en esta tierra, no me ocultes tus mandamientos.Felices los que guardan sus mandatos y los buscan con todo el corazón,
Moisés comunicó al pueblo todo lo que el Señor le había dicho y ordenado, y el pueblo unánimemente contestó: —¡Haremos todo lo que ha dicho el Señor!
En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad,humildad y dominio de sí mismo. Ninguna ley existe en contra de todas estas cosas.
Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos vinieron por medio de Jesucristo.
Si realmente obedeces al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te prescribo, el Señor tu Dios hará que seas superior a todas las naciones de la tierra.
¡Escúchame, pueblo mío! ¡Préstenme atención, gente mía! Sale de mí una instrucción, mis normas son luz de los pueblos.
¿Querrá todo esto decir que la ley es pecado? ¡De ningún modo! Claro que, sin la ley, yo no habría experimentado el pecado. Por ejemplo, yo ignoraba lo que es tener malos deseos, hasta que vino la ley y dijo: No tengas malos deseos.
Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe.Pero ahora, una vez que la fe ha llegado, ya no estamos bajo el dominio de ningún acompañante.
No piensen que yo he venido a anular la ley de Moisés o las enseñanzas de los profetas. No he venido a anularlas, sino a darles su verdadero significado.Y les aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la ley no perderá ni un punto ni una coma de su valor. Todo se cumplirá cabalmente.
Y ahora, Israel, ¿qué es lo que demanda de ti el Señor tu Dios? Solamente que lo respetes y sigas todos sus caminos; que lo ames y rindas culto al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,y que cumplas los mandamientos y los preceptos del Señor que yo te prescribo hoy, para que seas dichoso.
Estamos ciertos de que conocemos a Dios si cumplimos sus mandamientos.Quien dice: «Yo lo conozco», pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y está lejos de la verdad.
No se dejen dominar por el pecado, ya que no están bajo el yugo de la ley, sino bajo la acción de la gracia.
Así que esta será —dice el Señor— la alianza que sellaré con Israel cuando llegue aquel día: inculcaré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Jesús le contestó: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia.Este es el primer mandamiento y el más importante.Pero hay un segundo mandamiento que es parecido a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.Volvió a enviarles más criados, con este encargo: «Díganles a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis terneros y reses cebadas y está todo a punto. Que vengan a la boda».En estos dos mandamientos se resume toda la ley de Moisés y la enseñanza de los profetas.
Dichoso, en cambio, quien se entrega de lleno a la meditación de la ley perfecta —la ley de la libertad— y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.
Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la ley están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no cumpla constantemente todo lo escrito en el libro de la ley.
Dichoso quien no sigue el consejo de los malvados, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en compañía de los necios se sienta, sino que se complace en la ley del Señor sobre la que reflexiona día y noche. Es como un árbol plantado junto al arroyo: da fruto a su tiempo y no se secan sus hojas; consigue todo cuanto emprende.
Tampoco te inclines a hacer el mal, aunque la mayoría lo haga; ni declares en un juicio del lado de la mayoría, si con ello cometes injusticia.
No serás rencoroso ni vengativo con tus compatriotas, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
La ley de Moisés es solo una sombra de los bienes futuros y no la realidad misma de las cosas. Por eso es incapaz de hacer perfectos a quienes, todos los años sin falta, se acercan a ofrecer los mismos sacrificios.
La ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas tuvieron plena vigencia hasta que vino Juan el Bautista; desde entonces se anuncia el reino de Dios y todos se oponen con violencia a él.
Es decir, lo que era imposible para la ley a causa de la debilidad humana, lo llevó a cabo Dios enviando a su propio Hijo, que compartió nuestra condición pecadora y, a fin de eliminar el pecado, dictó sentencia condenatoria contra el pecado a través de su naturaleza mortal.Y a quienes Dios destinó desde un principio, también los llamó; a quienes llamó, los justificó; y a quienes justificó, los hizo partícipes de su gloria. ¿Qué añadir a todo esto? Si Dios está a nuestro favor, ¿quién podrá estar contra nosotros?El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no va a hacernos el don de todas las cosas juntamente con él?¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¡Dios es quien salva!¿Quién se atreverá a condenar? ¡Cristo Jesús es quien murió, más aún, resucitó y está junto a Dios, en el lugar de honor, intercediendo por nosotros!¿Quién podrá arrebatarnos el amor que Cristo nos tiene? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, el miedo a la muerte?Ya lo dice la Escritura: Por tu causa estamos en trance de muerte cada día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero. Pero Dios, que nos ha amado, nos hace salir victoriosos de todas estas pruebas.Estoy seguro de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni potestades cósmicas, ni lo presente, ni lo futuro, ni poderes sobrenaturales,ni lo de arriba, ni lo de abajo, ni cualquier otra criatura será capaz de arrebatarnos este amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús, Señor nuestro.De esta manera nosotros, los que vivimos bajo la acción del Espíritu y no bajo el dominio de nuestros desordenados apetitos, podemos dar pleno cumplimiento a lo que manda la ley.
Cumple sus normas y preceptos que hoy te prescribo. De este modo serán dichosos tú y tus hijos después de ti, y vivirán mucho tiempo en la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
Por eso, aquel que quebrante una de las disposiciones de la ley, aunque sea la menos importante, y enseñe a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. En cambio, el que las cumpla y enseñe a otros a cumplirlas, ese será considerado grande en el reino de los cielos.
Igualmente, para ganar a los que están sin ley, yo, que no estoy sin ley de Dios ya que mi ley es Cristo, me comporto con ellos como si estuviera sin ley.
Estamos convencidos, sin embargo, de que Dios justifica al ser humano por medio de la fe en Jesucristo y no por el mero cumplimiento de la ley. Así que hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, a fin de que Dios nos justifique por medio de esa fe y no por cumplir la ley. Pues, por el mero cumplimiento de la ley, nadie será justificado.
Porque, aunque observen toda la ley, si quebrantan un solo mandato, se hacen culpables de todos,
Cuando el rey tome posesión del trono real, mandará que le hagan una copia del Libro de la Ley que está al cuidado de los sacerdotes levitas.La llevará siempre consigo y la leerá todos los días de su vida para que aprenda a respetar al Señor su Dios, observando todos los preceptos de esta ley y poniendo en práctica sus prescripciones,Puede suceder que en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da, un hombre o una mujer hagan lo que desagrada al Señor, quebrantando su alianzade modo que no se crea superior a sus hermanos ni se aparte lo más mínimo de esta ley. Así, tanto él como sus descendientes tendrán un largo reinado en Israel.
Jesús les respondió: —¿Y por qué ustedes, por seguir sus propias tradiciones violan lo que Dios ha mandado?
Y querer alcanzar la justificación mediante el cumplimiento de la ley, significa romper con Cristo, quedarse fuera de la acción de la gracia.
El Señor nuestro Dios nos mandó, entonces, que lo respetásemos cumpliendo estos preceptos, para que seamos siempre dichosos y él nos conserve la vida como hasta ahora.
Pero ¿no estaremos destruyendo el valor de la ley al dar tanta fuerza a la fe? ¡De ningún modo! Más bien estamos consolidando la ley.
Ha destruido el documento acusador que contenía cargos contra nosotros y lo ha hecho desaparecer clavándolo en la cruz.
Pórtense en todo con los demás como quieren que los demás se porten con ustedes. ¡En esto consisten la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas!
Conocen de sobra la sentencia de Dios que declara reos de muerte a quienes hacen tales cosas y, sin embargo, no solo las hacen, sino que incluso aplauden el que otros las hagan.
Si realmente obedeces al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te prescribo, el Señor tu Dios hará que seas superior a todas las naciones de la tierra.Todos los pueblos de la tierra verán que con razón eres llamado pueblo de Dios, y te respetarán.El Señor te concederá abundancia de bienes: te dará muchos hijos y multiplicará tus ganados y tus cosechas en la tierra que prometió darte según juró a tus antepasados.El Señor abrirá los cielos —su rico tesoro— para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Prestarás a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado.El Señor te pondrá a la cabeza, nunca a la cola; estarás siempre encima, nunca debajo; solo es preciso que obedezcas los mandamientos del Señor tu Dios que yo te prescribo hoy, que los pongas en práctica,y que no te apartes jamás, ni a derecha ni a izquierda, de ninguna de las palabras que yo te prescribo hoy, y que no sirvas ni rindas culto a otros dioses. Pero si no obedeces al Señor tu Dios ni pones en práctica todos sus mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.Maldita serán tu canasta y maldita tu artesa.Malditos serán el fruto de tus entrañas, y el fruto de tu tierra, las crías de tu ganado, las terneras de tus manadas y las crías de tus rebaños.Maldito serás al salir y maldito al entrar.Si obedeces al Señor tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones:
Así las cosas, ¿qué sentido tiene la ley de Moisés? Se añadió con el fin de señalar lo que era pecado hasta el momento en que llegara Cristo, el descendiente prometido. La ley fue promulgada por medio de ángeles y Moisés actuó de intermediario;
Ahora bien, si yo expulso los demonios por el poder del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.
Y es que si los paganos, que no tienen ley, actúan de acuerdo con ella movidos de la natural inclinación, aunque parezca que no tienen ley, ellos mismos son su propia ley.La llevan escrita en el corazón, como lo demuestra el testimonio de su conciencia y sus propios pensamientos, que unas veces los acusan y otras los defienden.
La conducta de ustedes será buena si cumplen la suprema ley de la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mas el amor del Señor dura por siempre, nunca abandona a quienes le honran; su justicia llega a los hijos de sus hijos,a aquellos que respetan su alianza, que recuerdan sus preceptos y los cumplen.
en busca de advertencia e instrucción?». Seguro que así les hablará quien carece de poder para evocar.
Procuren estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.
Pero Cristo constituye el punto final de la ley y por él, Dios absuelve de culpa y restablece en su amistad a todo creyente.
Así dice el Señor: Observen lo prescrito, practiquen lo que es recto, que mi salvación pronto llegará y mi victoria se va a manifestar.
Hijo mío, no olvides mi enseñanza y guarda en tu memoria mis mandatos, tus graneros se llenarán de trigo y tus bodegas rebosarán de vino. Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor ni te disguste su reprensión,porque el Señor reprende a quien ama, como un padre al hijo preferido. Feliz quien encuentra sabiduría, la persona que adquiere inteligencia:es de más valor que la plata, y más rentable que el oro;es más valiosa que las joyas, ningún placer se le puede comparar. Con su derecha ofrece larga vida, con su izquierda, fama y riqueza.Sus caminos son una delicia, apacibles todas sus sendas.Es árbol de vida para quienes la consiguen, los que la mantienen son felices. El Señor fundó la tierra con sabiduría, fijó los cielos con inteligencia;pues te prolongarán los días y tendrás años de vida y bienestar.
Y conocemos que estamos amando a los hijos de Dios, cuando de veras amamos a Dios cumpliendo sus mandamientos,Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al Verdadero. Y nosotros estamos unidos al Verdadero y a su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.Hijos míos, manténganse alejados de la idolatría.puesto que amar a Dios consiste en cumplir sus mandamientos. No se trata, por lo demás, de preceptos insoportables,
El reino de Dios no consiste en lo que se come o en lo que se bebe; consiste en una vida recta, alegre y pacífica que procede del Espíritu Santo.
los decretos del Señor son rectos, alegran el corazón; el mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz;
Hermanos, han sido llamados a disfrutar de libertad. ¡No utilicen esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, háganse esclavos los unos de los otros por amor.
Aunque se muevan las montañas y se vengan abajo las colinas, mi cariño por ti no menguará, mi alianza de paz se mantendrá dice el Señor, que te quiere.
Que el mensaje de Cristo los llene con toda su riqueza y sabiduría para que sean maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido.En fin, cuanto hagan o digan, háganlo todo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Todos deben acatar la autoridad que preside, pues toda autoridad procede de Dios y las autoridades que existen han sido establecidas por él.El que ama no hace daño al prójimo; o sea, que el amor constituye la plenitud de la ley.Conocen ustedes, además, el momento especial en que vivimos: que ya es hora de despertar del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer.La noche está avanzada, el día a punto de llegar. Así que renunciemos a las obras de las tinieblas y equipémonos con las armas de la luz.Comportémonos con el decoro de quien vive en pleno día: nada de orgías ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de contiendas ni envidias.Al contrario, revístanse de Jesucristo, el Señor, y no fomenten las desordenadas apetencias de la humana naturaleza.Por tanto, los que se oponen a la autoridad se rebelan contra lo que Dios ha dispuesto y recibirán su merecido.
Andan diciendo algunos: «Todo me está permitido». Sí, pero no todo es conveniente. Y, aunque todo me esté permitido, no debo dejar que nada me esclavice.
En efecto, la palabra de Dios es fuente de vida y de eficacia; es más cortante que espada de dos filos y penetra hasta dividir lo que el ser humano tiene de más íntimo, hasta llegar a lo más profundo de su ser, poniendo al descubierto los más secretos pensamientos e intenciones.
Ustedes, antes que nada, busquen el reino de Dios y todo lo justo y bueno que hay en él, y Dios les dará, además, todas esas cosas.
Conclusión del discurso: todo está dicho. Respeta a Dios y guarda sus mandamientos, pues en eso consiste ser persona.Porque Dios juzgará toda acción, incluso las ocultas, sean buenas o malas.
Ustedes, los que se empeñan en vivir bajo la ley de Moisés, díganme: ¿han escuchado acaso lo que dice?Porque en ella está escrito que Abrahán tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su esposa, que era libre.El de la esclava nació siguiendo el curso normal de la naturaleza; el de la libre, en cambio, en virtud de una promesa divina.Esto tiene un significado más profundo: las dos mujeres representan dos alianzas. Una —simbolizada en Agar— proviene del monte Sinaí, y engendra esclavos.
Ciertamente la primera alianza disponía de un ritual para el culto y de un santuario terrestre.Eran simplemente alimentos, bebidas o ritos purificatorios diversos; observancias todas ellas exteriores, válidas únicamente hasta el momento en que se instaurara el nuevo orden de cosas. Pero Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Y siendo el suyo un santuario mayor y más valioso, no fabricado por manos humanas y por tanto no perteneciente al mundo creado,entró una vez por todas en «el lugar santísimo», no con sangre de machos cabríos o de toros, sino con la suya propia, rescatándonos así para siempre. Se da por hecho que la sangre de machos cabríos y de toros, así como las cenizas de una ternera, tienen poder para restaurar la pureza externa cuando se esparcen sobre quienes son considerados ritualmente impuros.¡Pues cuánto más eficaz será la sangre de Cristo que, bajo la acción del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como víctima sin mancha! ¡Cuánto más será capaz de limpiar nuestra conciencia de las acciones que causan la muerte para que podamos dar culto al Dios viviente! Precisamente por eso, Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte ha obtenido el perdón de los pecados cometidos durante la antigua alianza, haciendo posible que los elegidos reciban la herencia eterna prometida.Todos saben que para que un testamento surta efecto, es necesario que conste la muerte de quien lo otorgó;en vida del testador no tiene ninguna validez ya que solo a partir de la muerte adquiere valor un testamento.De ahí que también la primera alianza dio comienzo con un rito de sangre.En efecto, cuando Moisés terminó de explicar a todo el pueblo los preceptos de la ley, tomó sangre de los toros y los machos cabríos, la mezcló con agua y, valiéndose de un poco de lana roja y de una rama de hisopo, roció con ella al libro de la ley y a todo el puebloEn efecto, la Tienda de la presencia estaba preparada de forma que en la primera parte, llamada «lugar santo», se encontraban el candelabro, la mesa de las ofrendas y los panes que se presentaban a Dios.
queda liberado de la obligación de prestarles ayuda». De este modo, con la propia tradición de ustedes anulan lo que Dios había dispuesto.
Pero ustedes son raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada , pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
puesto que todos pecaron y todos están privados de la gloria divina.Pero Dios, por su benevolencia, los justifica de forma gratuita mediante la liberación realizada por Jesucristo,
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