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Juan 8:54 - Versión Biblia Libre

Jesús respondió: “Si yo me glorifico a mí mismo, mi Gloria no significa nada. Pero es Dios mismo quien me glorifica, el mismo del cual ustedes dicen ‘Él es nuestro Dios’.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús contestó: —Si yo buscara mi propia gloria, esa gloria no tendría ningún valor, pero es mi Padre quien me glorificará. Ustedes dicen: “Él es nuestro Dios” ,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús les contestó: 'Si yo me doy gloria a mí mismo, mi gloria no vale nada; es el Padre quien me da gloria, el mismo que ustedes llaman 'nuestro Dios'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús respondió: Si Yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo que vosotros decís: Es nuestro° Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Jesús: 'Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es el Padre el que me glorifica, de quien vosotros decís que es Dios vuestro,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica; el que vosotros decís que es vuestro Dios.

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Otras versiones



Juan 8:54
28 Referencias Cruzadas  

No es bueno comer mucha miel, tampoco desear mucha alabanza.


Escuchen lo que el Señor tiene que decir, los que tiemblan cuando él habla. Esto es lo que han dicho algunos de los que te odian y te echan: “Que el Señor sea glorificado, para que veamos lo feliz que eres!” pero son ellos los que van a ser humillados.


Entonces el Señor le dijo a Oseas: “Ponle por nombre Lo-ammi, porque ustedes ya no son mi pueblo y yo ya no soy su Dios.


Cuando Jesús terminó de decir esto, levantó su Mirada al cielo y dijo: “Padre, ha llegado el momento. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo pueda glorificarte.


Ahora, Padre, glorifícame ante ti con la gloria que tuve contigo antes de la creación del mundo.


Esta fue la primera de las señales milagrosas de Jesús, y fue realizada en Caná de Galilea. Aquí él dio a conocer su gloria, y sus discípulos pusieron su confianza en él.


Yo no estoy buscando aprobación humana


Aquellos que hablan por sí mismos quieren glorificarse a sí mismos, pero aquél que glorifica al que lo envió es veraz y no engañoso.


Él se refería al Espíritu que recibirían aquellos que creyeran en él. El Espíritu aún no se había enviado porque todavía Jesús no había sido glorificado.


Ustedes están haciendo lo que hace el padre de ustedes”. “Pues nosotros no somos hijos ilegítimos”, respondieron ellos. “¡Solo Dios es nuestro padre!”


Yo no vine aquí buscando honra para mí mismo. Pero hay Uno que lo hace por mí y quien juzga a mi favor.


El Dios de Abraham, Isaac, y Jacob—el Dios de nuestros antepasados—ha glorificado a Jesús, su siervo. Él fue al que ustedes traicionaron y rechazaron en presencia de Pilato, incluso después de que Pilato había decidido soltarlo.


No reciben respeto los que se elogian a sí mismos, sino a los que el Señor elogia.


A ellos se les explicó que lo que hacían no era para ellos mismos, sino para ustedes, pues aquello de lo que ellos hablaron, ustedes lo han aprendido de aquellos que compartieron la buena noticia con ustedes por el Espíritu Santo que el cielo envió. ¡Hasta los ángeles quieren saber sobre esto!


Por medio de él, ustedes creen en Dios, quien lo levantó de los muertos, y lo glorificó, para que ustedes puedan confiar y tener esperanza en Dios.


Él recibió honra y gloria de Dios el Padre, cuando la voz de majestuosa gloria le habló y anunció: “Este es mi Hijo, al que amo, y que verdaderamente me complace”.