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Juan 6:41 - Versión Biblia Libre

Entonces los judíos comenzaron a murmurar acerca de él porque había dicho “yo soy el pan que descendió del cielo”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces la gente comenzó a murmurar en desacuerdo, porque él había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los judíos murmuraban porque Jesús había dicho: 'Yo soy el pan que ha bajado del cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los judíos murmuraban entonces acerca de Él, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los judíos comenzaron a murmurar de él porque había dicho: 'Yo soy el pan bajado del cielo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y murmuraban de Él los judíos, porque dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo.

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Otras versiones



Juan 6:41
14 Referencias Cruzadas  

Por ello, los Fariseos y los líderes religiosos protestaban diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores, y come con ellos”.


Cuando la gente vio esto, todos comenzaron a protestar: “¡Ha ido a quedarse con ese pecador!”


“¿Por qué ustedes comen y beben con los recaudadores de impuestos y pecadores?”


Esto es lo que Juan afirmó públicamente cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y Levitas desde Jerusalén para preguntarle: “¿Quién eres tú?”


Porque el pan de Dios es el que viene del cielo y el que da vida al mundo”.


“Dejen de murmurar unos con otros”, dijo Jesús.


Este es el pan que descendió del cielo, no el que comieron sus padres y murieron. Cualquiera que come de este pan vivirá para siempre”.


Muchos de sus discípulos cuando lo escucharon dijeron: “¡Esto es algo difícil de aceptar! ¿Quién puede consentir con esto?”


A partir de ese momento, muchos de los discípulos de Jesús le dieron la espalda y ya no le seguían.


Muchas personas entre la multitud se quejaban de él. Algunos decían: “Él es un buen hombre”, mientras que otros discutían: “¡No, Él engaña a la gente!”


No se quejen de Dios, como algunos lo hicieron, y murieron en manos del ángel destructor.


Tales personas son gruñonas, que siempre están quejándose. Siguen sus propios deseos malos, y hablan con jactancia de sí mismos, y halagan a otros para lograr sus propios fines.