Luego tomó la sartén y la vació ante él, pero éste se negó a comer. “¡Déjenme todos!” gritó Amnón. Y todos se fueron.
Juan 3:20 - Versión Biblia Libre Todos los que hacen el mal odian la luz y no vienen a la luz, porque no quieren que sus acciones sean expuestas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto, Biblia Católica (Latinoamericana) Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. La Biblia Textual 3a Edicion Porque todo el que practica lo malo, aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean expuestas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues todo el que obra el mal odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se descubra la maldad de sus obras. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. |
Luego tomó la sartén y la vació ante él, pero éste se negó a comer. “¡Déjenme todos!” gritó Amnón. Y todos se fueron.
“Sí, hay otro hombre que podría consultar al Señor”, respondió el rey de Israel, “pero no me gusta porque nunca profetiza nada bueno para mí, ¡siempre es malo! Se llama Micaías, hijo de Imá”. “No deberías hablar así”, dijo Josafat.
Ella se levantó en medio de la noche y tomó a mi hijo de mi lado mientras yo dormía. Lo puso junto a ella para abrazarlo, y puso a su hijo muerto junto a mí.
¿Por qué? Porque aborrecieron el conocimiento, y no eligieron respetar al Señor.
Los burladores no aprecian la corrección, por lo tanto no van donde los sabios para pedir consejo.
Las personas que guiñan su ojo están conspirando el mal; aprietan sus labios y provocan el mal.
La vida de los que hacen el bien es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que su luz llega a plenitud del día.
Y dirás: “Oh, cómo aborrecía la disciplina, y mi mente aborrecía la corrección!
Todos se explotan mutuamente, y en medio de todas sus mentiras no quieren conocerme, declara el Señor.
Uno de los expertos en leyes religiosas reaccionó, diciendo: “¡Maestro, cuando hablas así, también nos insultas a nosotros!”
Pero aquellos que hacen el bien vienen a la luz, para que se dé a conocer lo que Dios ha hecho en ellos”.
El mundo no tiene razones para odiarlos a ustedes, pero me odia a mí porque yo dejo claro que sus caminos son malvados.