¡Raza de víboras! ¿Cómo pueden ustedes hablar cosas buenas si son malos por naturaleza? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Juan 6:44 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Nadie puede venir a mí, a no ser por mi Padre, Él lo traerá y yo lo resucitaré en el último día. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues nadie puede venir a mí a menos que me lo traiga el Padre, que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. Biblia Católica (Latinoamericana) Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió. Y yo lo resucitaré en el último día. La Biblia Textual 3a Edicion Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo atrae,° y Yo lo resucitaré en el día postrero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo lo resucitaré en el último día. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. |
¡Raza de víboras! ¿Cómo pueden ustedes hablar cosas buenas si son malos por naturaleza? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Por eso Jesús dijo: – Dichoso eres tú, Simón, hijo de Jonás, pues eso no te lo reveló ni carne, ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Si yo fuera levantado de la tierra para el cielo, en ese mismo momento, muchos vendrían hacia a mí.
¿Cómo pueden ustedes creer, si entre ustedes mismos se alaban, y no buscan la alabanza y la gloria del único Dios?
Está escrito en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios”; en efecto, todo el que escuchó y aprendió del Padre, viene a mí.
Jesús siguió diciendo: – Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí, a no ser que el Padre lo permita.
¿Por qué no entienden mi enseñanza? ¿Por qué no pueden escuchar mi palabra?
Pues a ustedes les fue dada la gracia de Cristo, no solo para creer en Él, sino también para vivir los sufrimientos por Él.
En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Él y también fueron resucitados con Él mediante la fe en el poder de Dios que lo levantó de entre los muertos.