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Mateo 6:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen°, y donde los ladrones irrumpen y hurtan,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No amaséis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los destruyen y donde los ladrones perforan las paredes y roban.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.

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Otras versiones



Mateo 6:19
23 Referencias Cruzadas  

Jesús le respondió: ―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Más bien, acumulen para sí tesoros en los cielos, donde ni la polilla ni el moho destruyen, ni los ladrones se meten a robar.


»Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios».


Vendan sus bienes y den a los pobres. Consigan bolsas que no se rompan y un tesoro en el cielo que no se agote. Allí no hay ladrón que llegue ni polilla que destruya.


Pero entiendan esto: Si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no lo dejaría forzar la entrada.


Al oír esto, Jesús añadió: ―Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Al verlo tan afligido, Jesús comentó: ―¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!


A los ricos de este mundo, mándales que no sean orgullosos ni pongan su confianza en las riquezas, que son inseguras. Diles que más bien confíen en Dios, que nos da de todo en abundancia para que lo disfrutemos.


Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; nunca los abandonaré».